Estamos ante lo que se suele denominar un pre-code, una película anterior a la entrada en vigencia, en 1934, del código Hays. El principal inconveniente que tendría el guión apenas cuatro años después sería la atracción que exhibe por asesinos y toda clase de delincuentes. Ante lo inhumano del tratamiento que reciben, ante el rigor con que el alcaide y los guardias hacen cumplir un reglamento brutal hasta el sadismo, nuestras simpatías están con ellos.
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