La popularidad de la fotonovela en España desde mediados de la década de los sesenta propicia la realización de algunas películas que desarrollan su estética en la pantalla. No hay que darles demasiadas vueltas a los argumentos porque tiran sistemáticamente de una plantilla en la que las distintas declinaciones del amor romántico se ven trufadas de obstáculos familiares, morales o de clase que dificultan su consumación hasta la escena final. En alguna ocasión, se trató de adaptaciones directas, como en el caso de Tengo que abandonarte (Antonio del Amo, 1969), aunque Carlos F. Heredero y Antonio Santamarina no pudieron dar con cuál. [Biblioteca del cine español. Madrid: Cátedra / Filmoteca Española, 2010, pág. 484.] Esther Riera y Jaime Toja, sus protagonistas, eran dos de los modelos más célebres de las fotonovelas de la colección Corín Tellado.
Formalmente, uno de los ejemplos más preclaros de esta microcorriente es Pasión / Delirio d'amore (Tonio Ricci, 1977), basada en un argumento original de José Miguel Hernán, uno de los colaboradores en la adaptación de La tía Tula (Miguel Picazo, 1964).
Esta coproducción hispano-italiana hace suyos los códigos narrativos y visuales de la fotonovela desde el mismo diseño de la cartela del título -con esa O en forma de corazón- hasta la ambientación y las localizaciones, pasando por una fotografía en la que priman los desenfoques, los motivos florales en primer término, el efecto flou y la cámara lenta asociada al romanticismo desde el éxito de Un homme et une femme (Un hombre y una mujer, Claude Lelouch, 1966).
Pero si algo identificaba la película en el momento de su realización con su modelo intermedial es el protagonismo de Máximo Valverde y una María José Cantudo post-trastienda que habían empezado sus carreras precisamente como actores de fotonovelas de la editorial Rollán. Selene, Katy y Corín Tellado, cómo no, fueron algunas de las colecciones frecuentadas por la Cantudo.
Incluso en La trastienda (Jorge Grau, 1975) hay un plano evocador de este inmediato pasado fotonovelístico. Tiene lugar cuando la enfermera a la que interpreta la actriz se pasea por el ferial de los sanfermines. Su voz en off ilustra el curso de sus pensamientos: "¿Dónde estarás ahora? ¿Si tú supieras que no puedo dejar de pensar en ti... ni un solo momento?". Tanto el estilo del diálogo como la voz con eco remiten indefectiblemente los "bocadillos" de la narración fotográfica secuencial, que nos proporcionan acceso al mundo interior y a los sentimientos de sus protagonistas.
Ítem más... La confesión de su amor por el doctor Navarro (Frederick Stafford) en la que la interpretación de ambos se ciñe al estilo melodramático del género, acompañado por un diálogo al que no le haría ascos la mismísima Corín: "Es que no me resigno a perderte. No quiero separarme de ti. No sé qué me pasa, Jaime. Sólo estoy bien cuando estoy contigo. Todo lo demás me parece vacío".
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