domingo, 8 de junio de 2025

tórtola

Aunque en su día la bailarina exótica Tórtola Valencia fue considerada una excéntrica, cuyas danzas eran apreciadas sobre todo por los intelectuales y no por el pueblo llano, hoy en día se ha convertido en un icono de la mujer libre —provocadora, performer avant la lettre, budista, viajera impenitente, bisexual, vegetariana, escandalosa para la sociedad biempensante...— que supo romper moldes a principios del siglo XX. "Son tiempos de nuevas tendencias en la danza, representados por Loïe Fuller e Isadora Duncan, que Tórtola asimila y mezcla con coreografías orentales y toques costumbristas hispanos". [Alfonso Domingo: Cabaret Iberia. Madrid: Libros del KO, 2025, pág. 181.]

Cuando estalla la Gran Guerra se encuentra en Alemania, donde ostenta la cátedra de Coreografía en la Universidad de Múnich. Su regreso a la neutral España propicia en 1915 su contratación por parte de una productora cinematográfica recién creada, la Condal Film, cuyo director artístico en Juan María Codina. De Pasionaria (Codina, 1915) se conservan tres fragmentos, uno de ellos muy deteriorado —que corresponde precisamente a la primera danza—, así que lo que podemos ver es aproximadamente media hora de la trágica historia de Adriana, violada por un aristócrata —en una escena escamoteada al faltar la segunda bobina— y expulsada de su casa por un padre calderoniano, lo que la conducirá a América, donde triunfa como bailarina con el sobrenombre de... “Tórtola Valencia”. De este modo, la trama melodramática busca entrelazarse con la escandalosa biografía de su protagonista y su imagen estelar. La redención de la “mujer caída” gracias a su éxito profesional y el perdón paterno conforman un happy end que aleja a Pasionaria de los melodramas italianos coetáneos.

El rotundo éxito de la cinta en su estreno barcelonés hace que una empresa británica contrate su distribución internacional y que la Condal Film se lance a rodar inmediatamente una segunda producción protagonizada por la bailarina, Pacto de lágrimas (Codina, 1915). De este cinedrama de intriga en cuatro partes se conserven unos trece minutos de la segunda etapa, que arrancan precisamente con un sinuoso baile de la cimbreante Berenice, el personaje que interpreta Tórtola Valencia.

Antes de que empiece el rodaje de la tercera cinta de Condal Film, El signo de la tribu (Juan María Codina, 1916), Tórtola Valencia decide retirarse definitivamente del cine y la empresa cede el protagonismo a una discípula suya: Vina de Velázquez. [Miquel Porter i Moix: Historia del Cinema a Catalunya 1895-1990. Barcelona: Generalitat de Catalunya, 1992, pág. 133.]

El Cine, núm. 227, 20 de mayo de 1916

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