domingo, 15 de junio de 2025

un apunte sobre el don quintín de manuel noriega

Buñuel abordaría en dos ocasiones la adaptación del sainete de Arniches (y Estremera y Guerrero) Don Quintín el amargao o El que siembra vientos: en 1935 con mediación de Luis Marquina para Filmófono, y en 1951, en México. Había habido una anterior, dirigida en 1925 por Manuel Noriega.

En aquella ocasión primó la "fidelidad" al sainete, que se había estrenado con rotundo éxito en el Apolo en noviembre de 1924. Aunque la película no se estrena oficialmente hasta un año más tarde, en julio de 1925 ya hay un pase para la prensa y los profesionales de los que entonces se llamaban "de pruebas". O sea, que fue una adaptación relámpago de las muchas de zarzuelas y sainetes líricos que se produjeron en Madrid en esos años, aunque en este caso con una inmediatez que buscaba capitalizar el éxito teatral.

El regeneracionismo de Arniches raramente llega a constituir un discurso social. Es más su interés moralizador, aunque sus simpatías siempre estén con los más humildes. No obstante, aquí hay también la burla del cosmopolitismo, con ese segundo o tercer acto, en el Tabernillas Palace, antro del quiero y no puedo de los barrios bajos.

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