domingo, 28 de septiembre de 2025

grau, un autor en no-do


Después de rodar Cántico / Chicas de club (1969) para X Films, Jorge Grau realiza una serie de trabajos para No-Do que incluyen varios cortometrajes para la serie Imágenes del Deporte —el motociclista Ángel Nieto, el baloncestista Emiliano, el portero de fútbol Iribar...— y Costas de Cataluña: Costa Brava y Costa Dorada, de la serie Documentales Color. En TVE, había colaborado con anterioridad en los episodios Conozca usted España: El Museo del Prado (1966) y Biografía: Benito Pérez Galdós (1967). Estos trabajos forman parte de una actividad que Grau únicamente solía poner de relieve cuando afectaba a cuestiones relacionadas con la censura, como la suspensión de la emisión de la pieza Contestarios (Poemágenes 1) en el programa de TVE Hora punta (Victoriano Fernández Asís, 1969-1972), para el que también realizó en 1971-1972 Del blanco al negro, Un torero, un día y Estrena, con retraso, un novel. Es por entonces cuando se implica en la colaboración con No-Do.

El organismo oficial arranca su colaboración con la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes —la serie Imágenes del Deporte— en 1968 y distribuye en salas casi un centenar de entregas hasta 1977. La idea de partida es acercar al público cinematográfico el hecho deportivo en color, en un momento en el que la televisión es aún en blanco y negro. La iniciativa forma parte de la campaña de popularización de la actividad física puesta en marcha por  Juan Antonio Samaranch cuando es nombrado, en 1967, Delegado Nacional de Educación Física y Deportes, y cuyo máximo impacto se alcanza con el eslogan "Contamos contigo".

El primer número de Imágenes del Deporte —no podía ser de otro modo— se abre con las actividades pesqueras y golfistas del Generalísimo. El carácter de revista de actualidad que tiene en un principio va derivando hacia el documento monográfico sobre un determinado deporte o sobre alguna figura destacada. Tal es el caso de las tres ediciones que escribe y realiza Grau: núm. 25, Ángel Nieto (1970); núm. 31, El chopo de San Mames: Iribar (1971); y núm. 39, Emiliano (Retrato íntimo) (1972). A pesar de contar con equipos distintos, encontramos en todos ellos la misma voluntad de “autoría”, reflejada, en primer lugar, en la presencia del propio Grau como entrevistador “incisivo”, un papel que ya ha desempeñado en Cántico por su carácter de docuficción. En el reportaje dedicado a Iribar, el único en el que el realizador no comparece en efigie y que, además está locutado por Matías Prats, Grau se hace presente mediante preguntas que aparecen en pantalla con una llamativa caligrafía. No es el único recuso de la narrativa modernista que incorpora a las tres piezas: la alternancia de la película en color y monocroma, los ralentíes y los congelados, el montaje sincopado u organizado en contrapunto con la música constituyen otros tantos rasgos de autoría. En cuanto al tema, las tres tienen como motivo central el triunfo deportivo y la indagación en el entorno social de los entrevistados.

Ya a su regreso de Roma, donde había cursado estudios de dirección en el Centro Sperimentale di Cinematografia, Grau había rodado unos documentales para Procusa, entre los que se encontraba Costa Brava 1959, que no hemos podido ver. Costas de Cataluña: Costa Brava y Costa Dorada tiene, desde luego, un alcance geográfico mayor, ya que arranca en Ampurias y termina en el delta del Ebro, en Tarragona. Pero su objetivo no puede estar más alejado de glosar las delicias predesarrollistas del litoral catalán. El discurso en primer grado, en la voz de la actriz Serena Vergano, glosa la historia, tradiciones, gastronomía, monumentos, personajes históricos y lugares emblemáticos del territorio, amén de sus modernas vías de comunicación y espacios de diversión. Sin embargo, la presencia de la propia Vergano —italiana, musa de la Escuela de Barcelona y protagonista de Historia de una chica sola (1969), del mismo Grau— nos sitúa fuera de la locución al uso de los reportajes de No-Do, como si esta catalana de adopción fuera un puente entre el espectador local y el futuro turista. La utilización de zooms agresivos y de angulares extremos son otras tantas marcas autorales, como la inclusión a lo largo del metraje de individuos que utilizan su cámara fotográfica, lo que alude a la vez a uno de los rasgos característicos del turista —la necesidad de atrapar y hacer suyo cada lugar que visita—, pero también sirve de espejo a la condición del propio documentalista. Estos guiños metalingüísticos, algunas ironías o trampantojos visuales y el juego de contrastes resuelto mediante panorámicas buscan situar la película en coordenadas contemporáneas. 

De este modo, el punto de vista adoptado termina identificándose más con una burguesía catalana que se reconoce en sus tradiciones y se enriquece con lo que se presenta como desarrollo económico para todos, que con el turista al que va dirigido el cortometraje, a tenor de la animación final, en la que se muestran las escasas horas de vuelo que hay hasta el aeropuerto de Barcelona desde los de Estocolmo, Hamburgo o Roma.

Los documentales de Grau en No-Do pueden verse aquí: https://www.rtve.es/play/videos/imagenes-del-deporte/; y aquí: https://www.rtve.es/play/videos/documentales-color/costas-cataluna-costa-brava-costa-dorada/2892516/

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