domingo, 11 de noviembre de 2018

apoteosis y ocaso del serial de aventuras


Las máscaras negras (Joan Maria Codina, 1919) supone, al tiempo, la culminación y la disolución del serial cinematográfico realizado en Cataluña. Es también el sexto de los que Codina -artífice del seminal Los misterios de Barcelona (Joan Maria Codina, 1915)- dirige para Studio-Films en el bienio 1918-1919.

Como obra epigonal, realizada además cuando el cine de episodios está en plena decadencia, esta película concita argumentos, situaciones y estrategias narrativas archisabidas, pero que lleva al paroxismo otorgándoles un encanto especial. Sociedades secretas, vampiresas vengativas, fórmulas de explosivos, bailes aristocráticos, flores del arroyo, hipnotismo y otros arcanos de Oriente, émulos de Maciste, un inocente acusado del asesinato de su hermano, tabernas suburbiales, heroínas irreductibles, persecuciones sin cuento... dan lugar a imágenes que transitan sin solución de continuidad de la ingenuidad del folletín al onirismo como puerta abierta al subconsciente que tanto amaban los surrealistas.

Todo ello se da cita en Las máscaras negras, que reconoce así su deuda con los seriales franceses de Louis Feuillade protagonizados por Musidora y René Navarre y los italianos de Giovanni Pastrone que popularizaron la musculosa figura de Bartlomeo Pagano. De los de la Pathé estadounidense dirigidos por Louis Gasnier y protaginizados por Pearl White se deriva la iniciativa de los personajes femeninos interprteados por Silvia Mariategui, Rosarito Calzado, Anita Stephenson y Bianca Valoris.



Durante décadas Las máscaras negras se dio por desaparecido, pero en 1990 se localizaron once rollos en el Archivo Nacional de la Imagen de Montevideo, a cuya reproducción procedió inmediatamente Filmoteca Española. Faltaban, sin embargo, las primeras partes de los episodios segundo -"El doctor rojo" - y tercero -"Pacto de muerte"- en tanto que la segunda parte del segundo episodio y el quinto completo -"En busca de Adams"- se veían afectados por un grave deterioro por descomposición química debida a la humedad. De modo que la reproducción en soporte de seguridad realizada entonces es de las conceptuadas como de preservación, "quedando a la espera de que, en el futuro, los sistemas de tratamiento digital hagan posible eliminar los defectos de las gravísimas lesiones que presentaba el celuloide" [Filmoteca Española: Cincuenta años de historia (1953-2003). Madrid, Filmoteca Española, 2005. págs. 142-143.]

El resultado convierte, por momentos, la contemplación de este serial en una experiencia psicodélica al tiempo que sirve de símbolo de la volatilización de un género y, a la postre, de la industria cinematográfica catalana que lo había hecho suyo, y que no volvería a recuperar el pulso hasta la posguerra.

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