domingo, 7 de febrero de 2021

un ignoto proyecto zabalziano

El 3 de diciembre de 1969 Julián Buraya presenta a censura previa un guión titulado Dios, el hombre y el diablo. No se sabe en concepto de qué, porque dice que los autores son Rafael F. de la Rosa y Carlos Borell, el director podría ser José María Zabalza y la producción correría a cargo de Producciones Cinematográficas A.B., la productora de Augusto Boué Pedregal. La única película de esta marca parece ser la psicotrónica Comanche blanco / White Comanche (José Briz, 1968).

Las primeras incursiones de Julián Buraya en el cine son como atrezzista o decorador en algunas películas de León Klimovsky de principios de los sesenta. O como regidor en La venganza de don Mendo (Fernando Fernán-Gómez, 1961).

Luego aparece ligado a otras producciones de los hermanos Boué, figura como ayudante de dirección de Algo amargo en la boca (Eloy de la Iglesia, 1969), rodada con fórmulas cooperativistas, y como ayudante de producción en 20.000 dólares por un cadáver (José María Zabalza, 1970), una de las del terceto de westerns que Zabalza rueda del tirón este mismo año. O sea, que el proyecto zabalziano se habría fraguado entre westerns.

 

De Julián Buraya escribe Andrés Vicente Gómez, vinculado por entonces a los Boué y parte del entramado de Producciones Cinematográficas A.B.: "Buraya era el primer ayudante de Boué y reunía varias facetas difícilmente compatibles: era falangista, bebedor, ex-combatiente en la División Azul y homosexual. Con el tiempo sería jefe de producción de algunas de las películas que hice". [Andrés Vicente Gómez: El sueño loco de Andrés Vicente Gómez. Málaga, Festival Cine de Málaga, 2001.]

El expediente de censura contiene también el guión de Borell y De la Rosa. El protagonista es un personaje denominado "El Rufián" y la acción se desarrolla en un ambiente prostibulario, de cafeterías de alterne y suburbios. El 20 de diciembre le comunican a Buraya que el libreto ha sido rechazado "tal como se presenta" por unanimidad, "en virtud de las normas 9-2 y 18". Dichas normas deben referirse a la calidad del texto, lleno de incorrecciones gramaticales, faltas de ortografía y giros latinoamericanos, lo que provoca la ira de algunos vocales y el sarcasmo de otros, como Marcelo Arroita-Jáuregui. Luis G. Mesa resume la actitud general cuando argumenta: "No es un guión, sino un texto incalificable. (...) Redacción pésima". [AGA, 36/04528 - Exp. 55737]

Rafael F. de la Rosa hace pequeñas partes en alguna otra película, como La furia del hombre lobo (José María Zabalza, 1972), aunque no aparece acreditado. Carlos Borell es el seudónimo de José Andres Íñiguez, quien presenta en 1970 en el registro de la propiedad intelectual otro guión en colaboración nunca realizado, titulado Misión cumplida... Como Dios, el hombre y el diablo, proyecto de Zabalza que se hizo humo y del que sólo sabemos que en Filmoteca Española se conservan algunas tomas, según el siguiente desglose:

Planos de un hombre bebiendo, con un ojo pintado en la frente y una mariposa en la mejilla. Hombre poniendo discos de vinilo en una mesa de DJ. Disco de Astrud Gilberto en último término. Dos hombres se pelean agarrándose del cuello. Una pareja bailando. Escena en un decorado blanco muy teatral: una pareja en la cama, y dos mujeres al lado vestidas igual, con una especie de mono negro. [Catálogo de obras audiovisuales de Filmoteca Española.]
Lo del "decorado blanco muy teatral" remite, desde luego, a las estrategias minimalistas de El vendedor de ilusiones (José María Zabalza, 1971).

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