domingo, 13 de septiembre de 2020

josé antonio de la loma (11)


En 1981 José Antonio de la Loma sufre un serio revés económico. Ha conseguido que TVE aporte 288 millones de pesetas para la realización de una ambiciosa serie histórica en torno a la figura de Viriato y el ente público rescinde el contrato debido a “la falta de calidad del material rodado”.
La dirección de Televisión Española decidió ayer que se comunicase a Films Zodiaco, mediante notario, la resolución del contrato suscrito entre las dos partes porque «se observa una total inadecuación formal y de contenido de las escenas producidas con los guiones aprobados por RTVE. [...] Los principales defectos que ponen en evidencia lo que Televisión Española considera una producción inadmisible están relacionados con el "escamoteo" de información en el relato y de medios humanos y técnicos en la puesta en escena; con la mala ambientación e incluso desfase histórico en el vestuario y poco rigor en la escenografía; con la pobreza de planificación en el lenguaje cinematográfico; con la fotografía plana y serios descuidos, como los que se refieren a la consecución de los efectos de "noche americana", así como otros defectos relativos a la dirección de actores, caracterización y planteamiento general del argumento Viriato y sus hombres constituyen, según el material entregado por el productor, un ejército de apenas once hombres, con una tienda, cuatro caballos, dos gallinas y dos vacas (semovientes que pretenden reflejar su condición de pastores), que difícilmente hubiera inquietado al imperio romano. [José Ramón Pérez Ornia: “Televisión rescinde el contrato para la producción de la serie Viriato", en El País, 14 de abril de 1981.]
En realidad se trata del carpetazo definitivo a un proyecto que De la Loma lleva fraguando desde el éxito de Golpe de mano. En 1970 intentaba reunir, en coproducción con la RAI, un presupuesto de un millón y medio de dólares y pretendía que el protagonista fuera Steve McQueen. Declaraba entonces el realizador:
Puedo asegurar que están muy interesados por la producción profesionales de Francia, Alemania, Italia, Holanda y Grecia. Es un tema universal, pues Viriato fue el primer guerrillero de la historia que supo combatir —y vencer en muchas batallas— al imperialismo despótico. [Juan José Porto: “La semana cinematográfica”, en Mediterráneo, 14 de junio de 1970, pág. 21.]
Una década y varias vueltas después, el revolcón televisivo supone el fin de Films Zodiaco y la creación de Golden Sun, nueva productora personal en la que desarrolla proyectos un tanto impersonales. No tanto porque resulten ajenos a sus intereses como por la deslocalización y la colaboración con empresas mexicanas e italianas, la utilización de repartos internacionales y la comercialización de estas películas en inglés.


Tras explotar convenientemente a los actores naturales en la serie Perros callejeros, De la Loma decide dar un vuelco a su producción y, en coproducción con la empresa del gallego afincado en México Carlos Vasallo, Esme Producciones, juntar un reparto estelar en una producción de acción con marchamo internacional. De modo que recluta al atlético mexicano Jorge "George" Rivero y a su paisana Susana Dosamantes —provenientes ambos de la hawksiana Rio Lobo (Río Lobo, 1970)—, a la chica Bond Maud Adams, al villano sueco del cine de Hollywood Max von Sidow y a los televisivos George Peppard y Chuck Connors... para plantarlos a todos en una intriga de tráfico de heroína ambientada en España. El resultado es Jugando con la muerte (José Antonio de la Loma, 1982).


David (Rivero), un veterano de la Legión Extranjera y mercenario en África, se pone en contacto con la hermana de un compañero que ha muerto cuando la banda de narcotraficantes en la que se había infiltrado descubre que trabaja para la policía. El Ogro (Von Sidow), jefe de policía, logra reclutarlo para que sustituya al fallecido y propone a Carmen (Adams), policía y novia del mercenario asesinado, que coordine la operación. Como las partidas de heroína entran en España en avioneta, Laura le propone a David que se inscriba en un club de paracaidismo donde, con su historial, no tardarán en proponerle que se una a la organización. A partir de aquí la trama se complica considerablemente. Por una parte, el embajador marroquí está realizando contrabando de heroína con su yate. Por otra, un viejo compañero de armas de David, McFadden, (Peppard) está detrás de la operación paracaidística, que supone viajar en avioneta de Francia a Libia y lanzarse en paracaídas con cuatro toneladas de óxido de uranio. También que David pertenece a los servicios secretos israelíes y que su auténtica misión es impedir la entrega. Si hasta este momento ha habido algunas exhibiciones de paracaidismo deportivo, acrobacias aérea, persecuciones automovilísticas y escenas de acción en alta mar, el tercer acto constituye un auténtico tour de force con persecuciones en moto de nieve, esquíes y ala delta, siguiendo el esquema jamesbondista. A pesar de algún bache narrativo a mitad del metraje, de su falta de claridad expositiva y de algunas ingenuidades, Jugando con la muerte es una de las más sólidas entregas en el cine de acción de José Antonio de la Loma.


En cambio, Goma-2 (José Antonio de la Loma, 1984), su siguiente coproducción hispano-mexicana protagonizada por Jorge Rivero, constituye una decepción. Txema y Tony (Rivero y Willie Aames) son dos camioneros cuyos cargamentos corren peligro debido a la conflictividad en la frontera francesa y a la pasividad de los gendarmes. La hermana de Tony, Elisa (Ana Obregón), está embarazada de Txema y éste que ha pertenecido a ETA, tiene miedo por ella a partir de que dos miembros de la organización intentan liquidarle por miedo a que hable. Txema decide entonces hacer un último viaje a Alemania en el que se llevará a Elisa y del que no piensa regresar. Pero un sindicalista francés (Frank Braña) organiza el asalto al camión y, como resultado de la acción, Elisa muere abrasada. A partir de ese momento, Txema, que es un experto en explosivos plásticos y conoce la situación de los zulos de armamento al otro lado de la frontera, emprenderá su particular venganza contra los asesinos de su mujer y contra Julot (Lee Van Cleef), el abogado que ha logrado que salieran libres falsificando las pruebas. Para ello contará con la ayuda de Jacqueline (Margaux Hemingway), que cree que Txema está realizando una misión para la organización... porque en ningún momento se menciona que sea ETA. La utilización del emblemático explosivo en el título es más que suficiente para que el espectador esté al cabo de la calle. En fin, que la inclusión de la lucha del nacionalismo vasco en el argumento es absolutamente superflua y lo mismo podría haberse ambientado la película en la frontera mexicano-estadounidense. Antes que falta de complejos, la localización de Goma-2 en Barcelona y Montpellier es una nota de exotismo en el contexto del cine de acción internacional. De la Loma se aplica a dotar de contundentes dosis de violencia a las peleas y de pautar las explosiones que constituyen la parte fundamental del espectáculo.


Rodada en Barcelona e Ibiza, Escuadrón Counterforce / Counterforce (José Antonio de la Loma, 1988) es la película más internacional de De la Loma, una cinta de acción con reparto multiestelar, propiciada por una serie de factores que inciden directamente en el mercado de explotación en el que habitualmente se mueve. Para empezar, a finales de la década de los setenta López Portillo firma un acuerdo de coproducción con España en cuyo marco cabe entender la relación del gallego afincado en México, Carlos Vasallo, con De la Loma desde principio de la década de los ochenta. Es precisamente, el momento de la eclosión de los vídeo-clubs, lo que favorece el auge del cine de acción de serie más o menos B en el que De la Loma es un auténtico especialista. Bombazos de taquilla y alquiler como First Blood (Rambo: Acorralado, Ted Kotcheff, 1982) y Delta Force (Delta Force, Menahem Golam, 1986) sirven de inspiración a ambos para poner en marcha este proyecto con anticipos de capital estadounidense y un presupuesto pregonado de tres millones de dólares. De esta última película, protagonizada por Chuck Norris y Lee Marvin, proceden Arthur Kennedy —aquí, organizador del comando— y Robert Foster —de nuevo en el papel de un árabe que hace uso del terrorismo en beneficio propio y caracterizado como Gadafi—. Su objetivo es eliminar a Kassar (Louis Jourdan), el jefe de la oposición, refugiado en Ibiza. El sobrino del presidente (Kabir Bedi, protagonista de la serie televisiva Sandokan) es el encargado de enviar a los sicarios que acaben con su vida. Estados Unidos, que no desea implicarse directamente en la situación, decide enviar a los Counterforce de Colby (Kennedy), cuatro tipos musculosos entrenados en toda suerte de artes contraterroristas, para que se encarguen de protegerlo. A la vista está que no son muy hábiles, porque en su primera aparición pública Kassar recibe dos disparos y su ingreso en el hospital facilita la comisión de toda clase de atentados. Cuando estos fracasan, los malvados irrumpen en una sala en la que la mujer de Kassar (Susana Dosamantes, esposa de Carlos Vasallo) pronuncia una conferencia y secuestran a su hijo (Enrique Rubio, hijo en la vida real de la actriz y hermano de Paulina).

Asistido por los equipos de Chinchilla y Alain Petit en lo que a acción y persecuciones automovilísticas se refiere, reforzados por los especialistas en escalada del Centro Excursionista de Cataluña, De la Loma factura un producto eficaz en el que la acción no decae un segundo. Golden Sun interviene también en otro título en el que figura como coguionista, pero que no dirige él mismo: la cinta de espada y brujería La conquista de la tierra perdida / Conquest (Lucio Fulci, 1983).

No hay comentarios:

Publicar un comentario