domingo, 28 de enero de 2018

cine al ciclostil (11)


Un filón genérico

El filón Dressler-Beery incluyó aún otra película de ambiente marinero, Tugboat Annie (Ana, la del remolcador, Mervin LeRoy, 1933), y ambos coincidieron en el reparto estelar de Dinner at Eight (Cena a las ocho, George Cukor, 1933).

La última película que Marion y Hill hacen juntos es The Secret Six (Los seis misteriosos, George Hill, 1930), una película de argumento criminal producida por George Hill y Cosmopolitan para Metro-Goldwyn-Mayer. Los problemas con el alcohol del director fueron la causa de su separación a principios de 1931.

The Secret Six está ambientada en los círculos del tráfico clandestino de licor en Chicago y Beery asume un papel inspirado en Al Capone. Juan de Landa aseguraba en una entrevista estar pendiente de esta nueva interpretación al ciclostil que nunca llegó a realizarse.

Apenas estrenada The Big House, Hal Roach pone en marcha una parodia. Pardon Us (James Parrott, 1931) se rueda al mismo tiempo que cuatro versiones fonéticas más protagonizadas también por Laurel y Hardy. La española se titula De bote en bote y en ella interpreta el papel del alcaide Enrique Acosta.    

El mismo decorado del patio de la prisión en que se ha rodado The Big House sirve de plató a Howard Hawks para The Criminal Code (1931). El movimiento de Harry Cohn, capitoste de la modesta Columbia, tiene todos los rasgos de la explotación. El guión adapta un drama de tesis sobre la reforma penal que ha tenido un razonable éxito en Broadway en 1929. Su autor es Martin Flavin, que también ha intervenido en el guión de The Big House. Hawks y su colaborador habitual, Seton I. Miller, introducen algunas notas humorísticas que se convertirán en sello de la casa, prescinden de varios personajes y alteran todo el tercer acto para trasformar la obra de tesis en una película de género criminal . Hawks saca el máximo partido de la planificación y el sonido en una escena en la que el inflexible fiscal (Walter Huston) convertido en alcaide de una prisión donde purgan sus culpas muchos de los hombres que él ha mandado a la cárcel, baja al patio y se fuma un cigarro mientras pasea entre dos mil quinientos reclusos con una pinta de facinerosos que tira de espaldas. El abucheo general con que es recibido se va tornando en murmullo de aceptación. Es la escena más célebre de la película, que durante el último tramo descansa en el suspense creado en torno al personaje de un ominoso recluso interpretado por Boris Karloff.

Criminal Code también tuvo versión española: El código penal (Phil Rosen, 1931). Carlos Villarías, el Drácula hispano, toma el papel de Walter Huston, la catalana María Alba el de su hija, y el argentino Barry Norton el del inocente condenado. Las reseñas a propósito de su estreno en el madrileño cine Avenida señalan la afinidad genérica con El presidio, la solvencia de su realización y los progresos de cuantos conforman el reparto hispanoparlante .

A partir de entonces, Warner Bros., un estudio decantado por los temas sociales con tratamiento crudo y potente, se convertiría en la cantera del género. 20,000 Years in Sing Sing (Veinte mil años en Sing Sing, Michael Curtiz, 1932) y I Am a Fugitive From a Chain Gang (Soy un fugitivo, Mervin LeRoy, 1932) marcaron la nueva frontera sobre lo que Hollywood estaba dispuesto a decir a propósito de los trabajos forzados y de la crueldad del sistema penal estadounidense. Por su parte, Hawks filmaría ese mismo año la quintaesencia del cine gansteril: Scarface (Scarface, el terror del hampa, Howard Hawks, 1932). Pero ésa es otra historia.

domingo, 21 de enero de 2018

cine al ciclostil (10)


La fruta amarga

La guionista Frances Marion, veterana de la etapa silente, debió felicitarse de su asociación con Beery. En los años diez había escrito buena parte de los argumentos que convirtieron a Mary Pickford en la novia de América. Sin embargo, también demostró que sus habilidades podían convivir con el sonoro. El argumento de The Big House y el guión de The Champ (El campeón, King Vidor, 1931) le valieron sendos premios Oscar. Fue la primera mujer en conseguir tal récord.

Visto el éxito, el equipo al completo se pone de nuevo manos a la obra en una cinta que supone la creación de una nueva pareja, la formada por Beery y Marie Dressler. Ambos habían trabajado en el vodevil y en las comedias de uno y dos rollos allá por la década de los diez. Dressler debutó en el largometraje junto a Mabel Norman y Charles Chaplin en Tillie's Punctured Romance (Aventuras de Tillie, Mack Sennett, 1914) y había retomado su carrera cinematográfica de la mano de Marion y Hill con The Callahans and the Murphys (George Hill, 1925). Beery había protagonizado travestido una serie para la Essanay en la que encarnaba a una doncella sueca llamada Sweedy. Sus fuertes personalidades y su capacidad para armonizar patetismo y bufonería convencieron al público y a la profesión. Dressler obtuvo el Oscar a la mejor actriz y Min and Bill (George Hill, 1930) fue la película con mayor recaudación de ese añopara M-G-M. De los diálogos adicionales de su inevitable versión en español, La fruta amarga (Arthur Gregor, 1931), se hace cargo Antonio de Lara “Tono”.

Tono llega a Hollywood el 8 de noviembre de 1930 en compañía de Luis Buñuel y de Leonor Orstein, recién estrenada señora de Lara. No se sabe muy bien en qué barco: Tono asegura que en el Île-de-France, pero la versión de Buñuel resulta mucho más fascinante por el nombre del navío: Leviatán .

El trayecto es el habitual: desde Le Havre hasta Nueva York, donde hacen noche en el hotel Algonquin y, tras una parada técnica en Chicago, el largo trayecto en tren hasta Los Ángeles. La proverbial indolencia de Tono queda resumida en una anécdota —en Tono la anécdota ocupa siempre la categoría de historia— que contó él mismo años más tarde. En contra de lo que dijera Neville, él tiene su despacho en el estudio, por el cual se pasa todo los días sin que nadie le diga absolutamente nada. Y si se lo dicen, como si nada, porque presume de no saber una palabra de inglés. Un día, mientras afila un lápiz, suena el teléfono. Tono por poco se cae de la silla. Es un responsable de la productora que se interesa por su trabajo.
—Míster De Lara, ¿qué está haciendo usted?
—Sacando punta a un lapicero.
Tono asegura que nunca le volvieron a llamar. Según él mismo contaba, su único cometido en los nueve meses pasados junto al Pacífico fue guisar y hacer tortilla de patatas . Solía bromear comentando que había sido el escritor mejor pagado de la historia: a cambio de nueve meses de contrato, aseguraba haber escrito sólo un chiste. En realidad no fue para tanto, pero tampoco para tan poco.

La versión hispana presenta una autoría cuanto menos compleja: está coordinada por Alberich y dirigida por Arthur Gregor, con supervisión idiomática de José López Rubio sobre un guión (escenificación y diálogos) de Marion y Jackson, basado en la novela de Gloria Moon Dark Star. La versión americana juega la baza de reunir de nuevo los talentos de George W. Hill y Frances Marion, aunque quien en esta ocasión se lleva el gato al agua es la actriz Marie Dressler, que ganará el Oscar de interpretación femenina por un papel en el que recorre todos los registros, del burlesco al melodrama desaforado.

Min and Bill / La fruta amarga es un melodrama, seguramente el lugar donde menos se esperaría uno encontrar el nombre de Tono. La inequívoca declaración de intenciones llegaba ya en la contundente frase que abría la novela de Lorna Moon: “Nancy se alegró cuando murió su abuela”.

El desarrollo es aproximadamente como sigue: Min (Marie Dressler / Virginia Fábregas) regenta un hotelucho en el puerto de San Pedro (California) donde recalan algunos pescadores, entre ellos Bill (Wallace Beery / Juan de Landa), compañero de borracheras. A pesar de su carácter aparentemente huraño, Min realiza cualquier sacrificio con tal de sacar adelante a Nancy, convertida en la versión española en Marga (Dorothy Jordan / María Luz Callejo). Min debe renunciar a ella, primero cuando quiere proporcionarle una educación, y más tarde cuando la joven se enamora de un joven millonario que atraca su motora en el puerto.La auténtica madre de Marga (Marjorie Rambeau / Elvira Morla), una alcohólica que abandonó a su hija, coquetea con Bill y amenaza a Min con descubrir la verdad.

Dista de ser un esquema nuevo: tras el éxito de Madame X (Lionel Barrymore, 1929), Hollywood ha encontrado un pequeño filón de madres inmoladas al ser acusadas de crímenes que sus hijos deben ignorar a toda costa, que encuentra aquí un nuevo eslabón.

Min and Bill se presenta en Nueva York en noviembre de 1930 y en menos de un mes comienza el rodaje de La fruta amarga. Juan de Landa toma el lugar de Wallace Beery, pero si en la versión original el nombre de éste figura por encima del título, como el de la estrella que se mide en un tú a tú con Marie Dressler, aquí tal privilegio se reserva para la mexicana Virginia Fábregas, en tanto que el guipuzcoano se ve relegado a la parte inferior del cartón del título precedido de la preposición “con” a la que tanto jugo irónico sacará Alfonso Sánchez andando el tiempo.

Al contrario que el Drácula hispano, que guarda poca relación con el de Tod Browning a pesar de rodarse en doble turno de día y noche, la relación entre La fruta amarga y su matriz es casi clónica. Para los planos generales y de acción ni siquiera se aprovechan dobles tomas, sino que se contratipan las originales con su duración al fotograma. Respetando los diferentes tempos actorales y las necesidades del rodaje, las escenas se resuelven como si hubiera una moviola allí mismo, lo que a tenor de las declaraciones de algunos de los artífices españoles era práctica común en los primeros tiempos de las versiones múltiples. Si acaso, la comparación delata la urgencia de la realización al escamotear frecuentemente los planos alternos de los protagonistas por un expeditivo plano medio con ambos de perfil. Algo parecido ocurre con la presentación del personaje de Nancy, bajando una escalera, que oculta la parte superior de su cuerpo hasta que aparece encuadrada en un plano medio glamoroso, y que en la versión hispana se resuelve con una entrada en cuadro de Marga en escorzo bastante anodina.   

La relación entre Min y Bill es el auténtico soporte del relato; una relación que lleva hasta sus últimas consecuencias la batalla de los sexos: persecuciones, estrangulamientos, trompadas y hachazos, sirven de ilustración literal a la propuesta a lo largo de una de las escenas más recordadas de la película.

La película se estrena en Nueva York en marzo de 1931 y en Madrid, en el cine Avenida, el 21 de noviembre del mismo año, con la presencia en el escenario de su protagonista masculino, Juan de Landa. A pesar de ello y de los tres chistes de Tono la película pasa un tanto desapercibida por la cartelera.

domingo, 14 de enero de 2018

cine al ciclostil (9)


Cuatro versiones idiomáticas

A principios de 1931, algunos meses después de que Neville concluya el rodaje de El presidio, el reputado Paul Fejos se hace cargo de las versiones en alemán y francés. Menschenh inter Gittern, la alemana, está protagonizada por Heinrich George (Butch) y Gustav Diessl (Morgan, llamado en esta ocasión Morris). En Francia se estrena como Révolte dans la prison. En principio, se iba a hacer cargo de ella Jacques Feyder, pero debe renunciar para atender otros encargos.

domingo, 7 de enero de 2018

cine al ciclostil (8)


El presidio

La crítica se vuelca con la película. Al estreno en el cine Callao el Sábado de Gloria de 1931, a dos semanas de la proclamación de la República, acude el infante Jaime de Borbón. Se mantiene quince días en cartel y pasa entonces al céntrico cine San Miguel. Muestra de la confianza que M-G-M tiene en el producto es que decida proyectar las tres interpretaciones del mismo argumento consecutivamente en la reposición en el cine Royalty de Madrid, el 5 de octubre de 1931. La cinta supervisada por Neville aparecerá en todas las listas de versiones hispanas más rentables hasta bien entrada la década.