domingo, 9 de noviembre de 2025

la vocación internacional de germán lorente (2)

Los años de Este Films

Este Films estaba dirigida por Enrique Esteban, un veterano de la distribución, que también mantenía intereses en la distribuidora Mundial Films. [Esteve Riambau y Casimiro Torreiro: Productores en el cine español: Estado, dependencias y mercado. Madrid, Cátedra / Filmoteca Española, 2008, pág. 272.] Esteban se ha iniciado en la producción completando la financiación de dos películas de Miguel Iglesias: El fugitivo de Amberes (1954) y El cerco (1955). Al ciclo criminal catalán, en el que se inscriben las incursiones como guionista de Germán Lorente —A sangre fría (Juan Bosch, 1959), No dispares contra mí (José María Nunes, 1961)— le sigue el tramo de su filmografía como director adscrito al filón, que tuvimos ocasión de tratar durante la sesuda investigación a propósito del primer bikini aparecido en una producción española.

Torremolinos como Mallorca o la Costa Brava fueron localizaciones privilegiadas en los sesenta para mostrar a la alta burguesía europea y a los nuevos beatniks en busca de paraísos artificiales. España se convierte así en telón de fondo típico y tópico auspiciado por el Ministerio de Información y Turismo de Manuel Fraga, que lo mismo entendía de cine que de las campañas propagandísticas de los “25 Años de Paz” y el “Spain Is Different”. Este Films supo aprovechar la ola, aclimatando a España el género playero que había hecho fortuna en Italia. Como Donde tú estés / Un amore e un addio / Le désir (Germán Lorente, 1964) es una coproducción con Italia y Francia, la calidad del resultado sube muchos enteros. Pantalla ancha, una gran fotografía de Massimo Dallamano, partitura dúctil del ítalo-argentino Luis Bacalov trufado de éxitos de la música pop italiana del momento —Che m’importa del mondo, por Rita Pavone—, protagonismo de estrellas internacionales como Maurice Ronet, Claudia Mori y Amedeo Nazzari...

Curiosamente, en agosto de 1963, Este Films, que había presentado el guión a censura previa, cede los derechos sobre el proyecto a Producciones Cinematográficas Vértice, de Fidel Osete, que contratará los de distribución con Cire Films. La distribuidora importa veinticuatro copias de Italia —se trata de una de las primeras producciones españolas en Techniscope, el procedimiento de pantalla ancha de Technicolor Italiana— y solicita que se revise con premura porque tiene previsto el estreno en Málaga el Domingo de Resurrección. Pero la comisión pide que se practiquen “adaptaciones” en los rollos 3, 4, 5, 6 y 8, y, en una decisión infrecuente, prohíbe totalmente el tráiler. Incluso los clichés de prensa son censurados.

 Archivo General de la Administración

Al repasar el primer tramo de la filmografía de Lorente, Javier Sagastizábal destaca, entre otras escenas, el primer baile de Maurice Ronet y Claudia Mori bajo la atenta mirada de María Asquerino, la carrera para guarecerse en el coche “muy sirkiana” y la de la playa al amanecer, “extraordinaria secuencia que pudo aún haber sido mejor de no haberse recurrido a frecuentes cortes”...

Todas ellas cargadas de esa gravedad y solemnidad que son propias de un cine de categoría, de un tono melancólico y nostálgico (subrayado por una música muy bella) que, si bien no alcanza la elegancia de un Sirk o un Ophüls, se adapta perfectamente al carácter melodramático del film. [Javier Sagastizábal: “Cine español cuatro”, en Film Ideal, núm. 201-204, enero de 1967, pág. 698.]

Estas escenas de movimiento o quietud, en las que la palabra queda relegada a un segundo plano, se resuelven mediante desplazamientos combinados de travelling y zoom y suelen interrumpirse bruscamente. Pero Dallamano juega también con los contrastes entre la luminosidad exterior y la oscuridad interior, con los descentramientos y los espacios vacíos que se han convertido en signo de modernidad gracias a Antonioni.

Antes de anochecer (Germán Lorente, 1963) no llega a las pantallas hasta después del estreno de Donde tú estés, en agosto de 1964, tras haber pasado por los festivales de Locarno y Prades, lo que habla a las claras de las dificultades que debió enfrentar su producción. No alcanza la hora de metraje y, según Lorente, el presupuesto total habría sido de trescientas mil pesetas.

Pese a la influencia de Antonioni, evidentísima, en temática y realización, la hora corta que dura esta película brinda clara idea de la personalidad de su realizador, pugnando por salir a flote entre el mar de inducciones ajenas. La incomunicabilidad entre los seres humanos, tema central de Ionesco, ha sido aquí reflejada en una serie de planos, algunos interesantísimos, otros gratuitos, y servida, más que por las palabras de los protagonistas, por los ruidos y voces de segundos planos. [Sustituto: “Cine: Novedades de la semana”, en Hoja del Lunes (Barcelona), 24 de agosto de 1964, pág. 10.]

Lorente volverá a transitar por similares caminos en Playa de Formentor (1964), Vivir al sol (1965) y Su nombre es Daphne (1966). las dos últimas caen ya fuera de la órbita de Este Films, al quedar la empresa malparada económicamente al no reconocer la Dirección General de Cinematografía el estatus de coproducción al largometraje Superespectáculos del mundo / Superspettacoli nel mondo (Roberto Bianchi Montero, 1963). [Esteve Riambau y Casimiro Torreiro: Op. cit., pág. 272.]

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