domingo, 5 de noviembre de 2023

el noticiero seuista

El Sindicato Español Universitario (SEU) nace en 1933 en el seno de Falange Española a imitación de los Grupos Universitarios Fascistas (GUF) italianos. Aunque sus fines declarados tuvieran matices sociales e intelectuales, en la práctica el SEU era un grupo escuadrista concebido para enfrentarse mediante la provocación y la violencia a la entonces plenamente implantada Federación Universitaria Escolar (FUE). [Miguel A. Ruiz Carnicer: El Sindicato Español Universitario (SEU, 1939-1965). Madrid: Siglo XXI, 1996, pág. 51.]

De las filas del SEU surge el primer “caído por Dios y por España”, el estudiante Matías Montero, abatido por un militante de las Juventudes Socialistas como represalia al asalto de éste y otros seuistas a un local de la FUE en el que dispararon contra los estudiantes allí reunidos, dejando malherido a Antonio de Zárraga García. [“Los fascistas en San Carlos”, en Luz, 25 de enero de 1934, pág. 1.] Entre los asaltantes se encuentra también José Miguel Guitarte, futuro jefe nacional del SEU.

Al producirse el golpe militar del 17 de julio de 1936 los miembros del SEU son de los primeros en nutrir las filas de los sublevados, como harán en junio de 1941 cuando se abra el proceso de inscripción para combatir en la Unión Soviética integrados en las tropas alemanas con la denominación de División Azul. El carácter violento y combativo del SEU se aviene mal con la “paz franquista”. Las desavenencias entre falangistas, militares, católicos, monárquicos y viejos reaccionarios se dirimen en el cambiante panorama auspiciado por los vaivenes de la II Guerra Mundial. El SEU busca su sitio en la universidad del Nuevo Estado sin renunciar a los principios totalitarios de Falange, lo que equivale a la exigencia de sindicación obligatoria para todos los estudiantes. La labor de adoctrinamiento entra en colisión con los intereses de la Iglesia católica, al tiempo que choca con la apatía o la simple animadversión de todos los estamentos universitarios. Los seuistas se consideran garantes de la pureza nacional-sindicalista y esto les llevará a nuevos enfrentamientos armados, ahora con los carlistas. En agosto de 1942, arrojan una bomba en el exterior de la basílica de Nuestra Señora de Begoña, en Bilbao, a la que ha acudido el general Varela, ministro del Ejército. A consecuencia de estos hechos, Franco terminará cesando al propio Varela y a Ramón Serrano Suñer, su cuñado, todopoderoso ministro de Asuntos Exteriores y valedor de la causa nacional-socialista.

La creación en 1940 del Frente de Juventudes, como sección juvenil del partido único FET y de las JONS, se traduce en la progresiva pérdida de autonomía del SEU.

Junto a la violencia callejera, otra de las armas fundamentales del sindicato desde su misma creación fue la propaganda. Su primer órgano de expresión fue el semanario Haz (Semanario Deportivo Universitario), publicado por primera vez el 26 de marzo de 1935. Estuvo fuera de circulación desde la ilegalización de Falange Española en 1936 hasta que reaparece en Bilbao en 1938. En la posguerra toma el relevo Juventud (Semanario de Combate del SEU).

A pesar de ser la prensa la faceta más conocida y más importante también del Sindicato, éste, al igual que los fascismos europeos, se verá atraído por las nuevas tecnologías de la comunicación que en esos momentos se estaban implantando en el mundo. Así ocurre con la radio, que ya durante la Guerra Civil puso de manifiesto su utilidad en el terreno de la propaganda política y que en la posguerra el Sindicato estaba dispuesto a seguir utilizando, al igual que hacía lo propio con el cine y el teatro, pero ahora destinado a los estudiantes como medio de propaganda del SEU. [...] la idea de realizar noticiarios cinematográficos propios nace, al igual que en el caso de la radio, de la fascinación que por los modernos sistemas de propaganda usados por los regímenes totalitarios tenían los jóvenes seuistas. El cine, en esos momentos, era visto como el arma propagandística del futuro y una de las más poderosas. [Ruiz Carnicer: Op. cit., pág. 456.]

Este esfuerzo propagandístico se traduce en ocho ediciones del Noticiero del Sindicato Español Universitario, producidas por la Sección Nacional de Cinematografía del SEU, que debieron proyectarse en las sesiones de los distintos cine-clubs del Sindicato entre abril 1941 y enero de 1944. De estas ocho ediciones se conservan seis (o siete) —tres con sonido y tres (o cuatro) sin él— que dan cuenta de la progresiva pérdida de poder del Sindicato, pero también del intento de construir una iconografía y una mitología propias.

El primer símbolo es el emblema del SEU. El periódico Haz exhibía en su cabecera el yugo y el haz de flechas de los Reyes Católicos que Falange había tomado por escudo. Pero el SEU terminará adoptando como emblema el cisne y el ajedrezado del cardenal Cisneros, tras el que asoma el emblema falangista, presente como fondo del primer número del noticiario. Éste tiene un carácter especial porque, para alcanzar los nueve minutos de duración, conjuga dos reportajes, en tanto que las siguientes ediciones tendrán carácter monográfico. Esto ha llevado a Tranche y Sánchez Biosca a cuestionar su carácter de estricto noticiario, sino que “el tono y el tratamiento de las mismas [noticias] tendrían que ver más con el reportaje”. [Tranche y Sánchez Biosca: No-Do, el tiempo y la memoria. Madrid: Cátedra / Filmoteca Española, 2006, pág. 45.]

 

La noticia o reportaje inicial es la conmemoración del Día del Estudiante Caído, el 9 de febrero de 1941, el aniversario de la muerte de Matías Montero. La fecha había sido instituida en 1938 por el ministro de Educación como día no lectivo en el mismo decreto que, en un gesto hacia la jerarquía católica, nombraba a Santo Tomás de Aquino patrón de los estudiantes y el 28 de enero como jornada festiva. Arranca con el lugar de la calle Mendizábal, casi esquina con Marqués de Urquijo donde cayó muerto el estudiante. Las ruinas que rodean el lugar delatan su condición aún reciente de frente de guerra. Un encadenado enlaza unas flores depositadas en la acera con la imponente fachada de la Facultad de Medicina en cuya columnata se han colocado sendos estandartes con la palabra “Presente” —algunos aseguran que este grito fue proferido por primera vez por José Antonio Primo de Rivera en el entierro de Matías Montero—, un altar y un gran crucifijo. Una panorámica muestra entonces, rodilla en tierra, a los asistentes a la misa, entre los que se reconoce a los dos hermanos de José Antonio, Miguel y Pilar Primo de Rivera, al general Millán Astray y al ministro de Educación José Ibáñez Martín. Tras entonar un himno brazo en alto —a buen seguro, el Cara al sol—, viene el tramo más voluntariosamente estilizado en el que los ángulos se multiplican para recoger el desfile de los falangistas por las ruinas de la Ciudad Universitaria: contrapicados enfáticos, alternancia de planos cortos con planos de conjunto constituyen el clímax de este primer reportaje.

El segundo se centra en la presencia de las Milicias Universitarias, que cierran el Desfile de la Victoria en el Paseo del Generalísimo. José Miguel Guitarte, jefe nacional del SEU, pasa revista a los suboficiales, a cuyo paso ante la tribuna en la que se encuentra Franco se dedica la penúltima parte del metraje. Antes de eso, desfilan las distintas fuerzas de Tierra, Mar, Aire y Falange. La cámara acompaña a las Milicias Universitarias cuando cruzan la Cibeles y embocan la calle de Alcalá antes de sacar desde ese punto a la escolta de Franco que se aleja por la Gran Vía. Hay un énfasis similar al del reportaje anterior en el rodaje de los seuistas desfilando.

Firma la fotografía Julián de la Flor, aunque es evidente que la cobertura del grueso de la parada militar no ha sido realizada por él y procediera de El desfile de la Victoria en Madrid (1941), el documental realizado por el Departamento Nacional de Cinematografía. A juzgar por las noticias, se batió un récord de revelado, montaje, tiraje de copias y distribución porque la película se proyectaba en los cines de Madrid el día 3 de abril y ese mismo día salía hacia Barcelona, Bilbao, Valencia y otras capitales españolas para difundir por toda España el magnífico exponente del tercer desfile de la Victoria”. [“La conmemoración de la Victoria: La película del gran desfile se exhibirá en toda España”, en Pueblo, 3 de abril de 1941, pág. 2.]

El lenguaje plástico que se usa —escribe Ruiz Carnicer [Op. cit., pág. 457]— es de factura claramente fascista, primando todo lo que representa unidad, marcialidad, espíritu militar, jerarquización, con tomas que quieren transmitir la sensación de fuerza y solidez. La solemnidad, la disciplina y el hieratismo sustituyen en estas cintas la naturalidad espontaneidad asociada al mundo estudiantil. Se quería recalcar por encima de todo la idea de unidad universitaria y la fortaleza del SEU.

La voluntad de crear una retórica propia de “factura claramente fascista” se agudiza aún más en el Noticiero número 3, dedicado íntegramente a documentar el I Campeonato Nacional de Esquí organizado por la Delegación Nacional de Deportes del Sindicato en la sierra de Guadarrama:

Con una organización perfecta, como pocas veces se vio en una competición de esta índole, se agrupan en el albergue, entre las cumbres nevadas, cerca de ciento cincuenta estudiantes-esquiadores, que en auténtica camaradería nacional-sindicalista y con riguroso estilo de milicia se preparan para la conquista audaz del riesgo y de la victoria.

Los saludos fascistas, las pruebas denominadas “de patrulla” y la presencia del general Moscardó en la competición, no empecen para que este sea uno de los pocos momentos en el que se constata la presencia femenina en de la organización.


El Noticiero número 6 se centra de nuevo en sendos eventos deportivos, aunque de escaso calado visual, como son una carrera de relevos por la Ciudad Universitaria y un partido de rugby en el campo de deportes de la universidad, donde comienza y finaliza la competición anterior. Apenas unos planos de seguimiento de los corredores en movimiento intentan captar la naturaleza de la prueba, pero son planos lejanos, en los que vemos a los competidores de espaldas y apenas unos segundos antes de pasar al siguiente plano. Lo mismo ocurre en la confusión del partido de rugby jugado entre la selección del Barcelona F.C. y el equipo del SEU madrileño. Las tomas de unas gradas bastante despobladas, se alternan con recursos de las jerarquías deportivas y sindicales en la tribuna presidencial, pero el conjunto presenta un aspecto deslavazado y de una pobreza de medios extrema.

Acaso hubiera resultado más espectacular la Gran Expedición Fluvial Toledo-Lisboa organizada por el Sindicato en un gesto de fraternidad ibérica y recogido en la edición 42-B de No-Do, pero seguramente la precaria Sección de Cinematografía no daba para semejante despliegue. Sobre todo si damos por bueno que el material conservado como Juegos Deportivos Universitarios, en el que podemos ver el resumen de un partido de balón a mano (hand-ball) femenino y varios de baloncesto, sea en realidad la segunda edición del Noticiero seuista. La estructura y estilo del reportaje, el hecho de que los equipos pertenezcan al SEU, así como las cartelas conservadas, invitan al menos a contemplar esta hipótesis.

Donde a buen seguro sí que estuvieran sus cámaras fue en los actos celebratorios del décimo aniversario de la creación del SEU en noviembre de 1943: éste debió ser el tema de la desaparecida séptima edición del Noticiero. El discurso del ministro de Educación Ibáñez Martín resalta que la universidad vive ya al compás de...

... una nueva vida de esperanza y de fe [que] se abre ante nosotros bajo el mando de Franco, con estas juventudes universitarias disciplinadas y fuertes, y obedientes a la inspiración del Caudillo, cuyo único desvelo es trabajar incansablemente por la gloria y el honor de la patria.

La conmemoración del Día del Estudiante Caído, que había abierto el primer Noticiero constituye, un año después, el metraje total de su edición número 5. Los escenarios y el ritual vienen a ser los mismos: misa en el exterior de la facultad de Medicina —engalanada para la ocasión con dos grandes coronas fúnebres y un pebetero—, presencia de autoridades, desfile de la Milicia —“alma universitaria con paso militar”— y homenaje a Matías Montero en la calle Mendizábal. En esta ocasión, ese momento cierra el noticiario porque se descubre una placa conmemorativa de su asesinato.

Destaca en este reportaje la presencia de varias cámaras, algunas de ellas colocadas en la azotea de la facultad, de modo que ofrezcan planos de conjunto; otra, en oportuno contrapicado, sirve un plano de medio de Carlos María Rodríguez de Valcárcel —jefe accidental del SEU debido a la marcha de Guitarte a Alemania y la Unión Soviética con la División Azul— leyendo la oración fúnebre por los caídos por la revolución nacional sindicalista. No escuchamos lo que dice porque, como en el resto de los noticiarios, no hay toma directa de sonido, pero ya la conocemos porque es la misma que pronunció José Antonio ante la tumba del protomártir falangista y que Franco repitió en El Escorial ante el sepulcro del fundador de Falange: “Que Dios te de su eterno descanso y a nosotros nos lo niegue hasta que sepamos ganar para España la cosecha que siembra tu muerte”.

Las ediciones 4 y 8 dan cuenta, respectivamente, del V y VI Consejos Nacionales del SEU. El primero de ellos se celebra del 9 al 16 de diciembre de 1941 en Alcalá de Henares y el segundo, en enero de 1944, en Santiago de Compostela, ciudades con solera universitaria. La ausencia de toma directa de sonido impide que nos enteremos de los debates ideológicos que se daban entre las distintas ponencias. De hecho, las sesiones de trabajo quedan resumidas en rutinarios montajes de jefes y delegados perorando y militantes tomando notas mientras el locutor va desgranando los habituales tópicos sobre la juventud y “el ímpetu revolucionario de la vanguardia falangista”. Además de actos militares —con la Milicia Universitaria como protagonista— y ceremonias religiosas que abren o cierran las sesiones, se presta especial atención a los entornos monumentales no sólo por su valor cultural, sino, sobre todo, simbólico. 


Alcalá de Henares se identifica con el cardenal Cisneros, en el que se reúnen las vocaciones religiosa y política, amén de una visión imperial de España. En cuanto a Santiago, la tradición universitaria y la significación religiosa. En esta ocasión, los actos concluyen con una ofrenda al apóstol en la catedral, distante tan sólo unos metros del palacio de Fonseca, donde se ha celebrado el congreso. Si en Alcalá los brevísimos momentos de esparcimiento tenían lugar en claustro y en el comedor, en Compostela es la estudiantina del SEU local la que pone una nota de color en el reportaje.

El mayor interés del noticiario dedicado al V Consejo es el recurso a un artificio transmedial: la locución del reportaje se presenta como una emisión de Radio SEU para todos los estudiantes de España. En algún momento, la cámara se entretiene en un cartel en el que se anuncia la presencia en el Paraninfo de la Complutense de la emisora radiofónica, la redacción del semanario Haz y del departamento de Prensa y Propaganda del Sindicato.

Poco sabemos por el Noticiero de las ponencias y conclusiones del Consejo, en el que se vertieron duros ataques contra la nueva ley de reforma universitaria en cuya gobernación perderían peso Falange y el SEU. Según Ruiz Carnicer se trataría de un congreso “enfocado como una auténtica declaración política de cara a los demás grupos del régimen, más que como una reflexión interna del SEU. [Op. cit., pág. 148.]

Iconografía aparte, el Noticiero se centra en las preocupaciones básicas de la organización: la penetración ideológica en una universidad que debe nutrir de nuevos mandos a una Falange aquejada por los traumas de la Guerra Civil y la unificación, la exaltación del pasado escuadrista, la propaganda de la nueva Milicia Universitaria y del voluntariado en la División Azul, y, por último, el deporte como emblema de una juventud sana y fuerte, al modo nazi o fascista.

Concluyen Tranche y Sánchez Biosca que “el interés de este noticiario es muy relativo, pues únicamente incluía información de las actividades del SEU”. [Op. cit., pág. 45.] Sin duda es ese carácter interno lo que ha impedido que encontremos referencia alguna a estas piezas en la prensa generalista. La hipótesis de que su distribución se limitara al ámbito universitario y a los cine-clubs del Sindicato podría ser refrendada con la consulta del semanario Juventud o el Boletín de Información del SEU, pero desgraciadamente ninguna de las dos publicaciones se encuentra digitalizada en las hemerotecas.

En cualquier caso, la decadencia y caída del Noticiero del SEU tiene tanto que ver con el monopolio del No-Do en el terreno de la información cinematográfica en España a partir de enero de 1943, como por la pérdida de poder del Sindicato. Los poco más de cinco minutos de la última edición quedan condensados —el material de origen es el mismo— en apenas un par de minutos del noticiario 56-B de No-Do:

En Santiago de Compostela, tradicional sede estudiantil, se ha celebrado el VI Consejo del Sindicato Español Universitario. Sus sesiones han revestido gran solemnidad y han sido presididas por el jefe nacional de la organización acompañado de otras jerarquías y autoridades. El acuerdo culminante de este consejo fue el de la fusión del SEU y del Frente de Juventudes, que en el futuro actuarán como una sola organización.

En la práctica, el Frente de Juventudes pasa a controlar el sindicato, en una operación que pretende —y logra— desactivar uno de los núcleos duros del nacional-sindicalismo. Es el inicio, según Ruiz Carnicer [Op. cit., pág. 166] “de un SEU asistencial y progresivamente burocratizado, que apuesta por la vía de la eficacia como contrapeso a los escasos apoyos en la Universidad”. Con la fusión —plenamente efectiva a partir del 29 de abril de 1944— desparece Sección Nacional de Cinematografía del SEU y, de su mano, el Noticiero del Sindicato Español Universitario.

Los noticiarios del SEU están disponibles en el Archivo Histórico de Filmoteca Española de RTVE Play:
https://www.rtve.es/play/videos/archivo-historico/. De ahí proceden todas las capturas.

 

Addenda del 18 de noviembre de 2024:

Encuentro en Primer Plano una entrevista de Pío García Viñolas al secretario nacional de Prensa y Propaganda del SEU en la que apunta un ambicioso proyecto en torno al Consejo Nacional de Santiago de Compostela:

Un documental de cuatrocientos cincuenta metros sobre el ambiente estudiantil de esta ciudad, que se titulará Compostela, ciudad universitaria. Es una idea del jefe nacional del SEU, camarada Valcárcel, que va a ser plasmada bajo la dirección de Carlos Serrano de Osma, ayudado por Aniceto Fernández Armayor. Esta película recogerá una serie de situaciones y motivos en los que se pueda percibir toda la historia de Compostela: del Campus Stellae siglo IX, nacimiento de la ciudad santiaguesa, la catedral, los monumentos... y luego la Casa de la Troya, los batallones literarios, nuestra guerra y, finalmente, el VI Consejo Nacional del SEU. Queremos la presentación de esta película coincida con la reanudación de nuestras sesiones de Cine-club en el cine Rialto. [Pío García Viñolas: "Positivo sin revelar", en Primer Plano, núm. 169, 9 de enero de 1944.]

Menciona además otros documentales que habría producido el sindicato: Marcha simbólica, Albergues masculinos y Albergues femeninos, dirigidos los tres por José María de Amelivia.

El documental de Serrano de Osma debió de llegar a buen puerto porque el Índice Cinematográfico y Teatral Filmor de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia la clasifica moralmente en 1944 entre los cortometrajes "blancos", esto es, apto para todos los públicos.

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