En 1963 James Hadley Chase publica la novela One Bright Summer Morning que inmediatamente se traduce al francés como Un beau matin d'eté en la colección Serie Noir de la editorial Gallimard. En español ve por primera vez la luz en Buenos Aires, en la colección El Séptimo Círculo de la editorial Emecé, como Una radiante mañana estival, aunque a España no llega hasta 1975. Para entonces hacía ya una década que Benito Perojo se había embarcado en una de sus habituales coproducciones con Francia —Secuestro bajo el sol / Par un beau matin d'été / Rapina al sole (Jacques Deray, 1965)—, aunque en esta ocasión pone algo más que un puñado de actores secundarios y algún jefe del equipo técnico. La adaptación de Jacques Deray conserva la esencia del drama —el secuestro de la hija de un millonario en una casa aislada a cuyos propietarios involucran en el cobro del rescate unos criminales de medio pelo— y el variopinto abanico de personajes, pero traslada la acción de Texas a la Costa del Sol.
Hasta allí viajan un gánster (Akim Tamiroff) que necesita dinero porque su contable le ha estafado, un expresidiario (Georges Géret) atormentado por la salud de su madre y dos hermanos, Francis y Monique (Jean-Paul Belmondo y Sophie Daumier) que sobreviven en la Costa Azul a base de pequeños chantajes. La idea brillante es secuestrar a Zelda (Geraldine Chaplin en su primera incursión en el cine comercial), la hija de un millonario residente en España y pedir veinte millones por su rescate. Pero en vez de alquilar una casa cualquiera para llevar a cabo sus planes, se instalan en la de Vic y Consuelo (Gabriele Ferzetti y Analía Gadé), los toman como rehenes y obligan al marido a recoger el dinero. A partir de aquí, el carácter explosivo de los personajes irá alterando el curso de la acción a base de giros inesperados.
Durante el rodaje en España, Deray definía así la película para los entrevistadores de Film Ideal:
Es un decorado o fondo de historia policíaca en la que, contrariamente a otras del mismo estilo, los personajes son de comedia: una comedia rosa con fondo negro (en el que, como en mis demás películas, tampoco hay policías). [...] Lo que intento es un aspecto noble del policíaco. un ensayo de si en un verdadero film policíaco se pueden introducir elementos de comedia. Sin ser necesariamente personajes graciosos: más bien un general comportamiento ligero. La principal dificultad ha consistido en conservar ese tono del principio al final de la película. [José María Palá et al.: “Jacques Deray en dos estrenos y un rodaje”, en Film Ideal, núm. 162, 15 de febrero de 1965.]
Hemos de concluir, por tanto, que la presencia constante de las relaciones de clase en el guión proceden de la novela de James Hadley Chase. Las relaciones entre los personajes —una de las principales preocupaciones de Deray—, su evolución, están férreamente marcadas en Secuestro bajo el sol por su origen y su posición social antes que por los vaivenes de la intiga criminal.
El huis clos en el que se podría haber transformado la cinta, se airea a través de las numerosas acciones paralelas -incluida la investigación policial a partir de determinado momento- propiciadas por la parte que cada uno de los personajes tiene en el secuestro y la sólida puesta en escena de Deray se ve reforzada por una muy pertinente fotografía en blanco y negro y pantalla ancha por Franscope firmada, en la copia española, por Juan Julio Baena. Y volvemos al inicio de esta reseña: las coproducciones en las que participa Perojo en estos años son un rosario de acreditaciones interesadas que, a menudo, apenas coinciden con los títulos de crédito foráneos. En las copias francesa e italiana, por ejemplo, la fotografía es compartida por Baena y Jean Charvein, que probablemente resolviera los primeros minutos, localizados en Niza. La adaptación queda acreditada a Didier Goulard, Maurice Fabré, Georges Bardawill y Jacques Deray, además del dialoguista Michel Audiard. En España, figura además como “adaptador de los diálogos en español” Arturo Rigel. En cuanto al reparto, los títulos de cabecera se reducen a los ocho actores principales, de los cuales sólo trabaja habitualmente en España la argentina Analía Gadé. En la cabecera española se cuela también Manolo Zarzo, pero, sobre todo, hay un rodillo de créditos de salida ausente de la versión italiana en el que aparecen varios intérpretes más, entre ellos Félix Fernández y Carlos Casaravilla, Roberto Bodegas como ayudante de dirección, y que la película se ha rodado en los estudios Samuel Bronston de Madrid y de la Victorine en Niza.
En España se suprimieron los momentos más sugerentes de las escenas en que Monique se desnuda para seducir a los rijosos burgueses de vacaciones en la Costa Azul: unos tres minutos en total.
En cambio, la Comisión de Revisión Cinematográfica italiana opta por prohibir el acceso a las salas de los menores de dieciocho años "por la representación demasiado casual y en ocasiones complaciente de los comportamientos criminales y otras formas delictivas, como el reiterado chantaje en las relaciones equívocas entre hermano y hermana, el rapto y secuestro de un menor, asociado a escenas de violencia como la de la muchacha en el granero y secuencias en las que se manifiestan los métodos ejecutivos con detalles que pueden tener un impacto nocivo en la moral y sensibilidad de los menores de dieciocho años". [Resolución del 27 de agosto de 1965, en Italia Taglia: https://www.italiataglia.it/]
Las trayectorias de Deray y Perojo volverán a cruzarse un año más tarde, cuando el pimero dirija El hombre de Marrakech / L’homme de Marrakech / L’uomo di Casablanca (Jacques Deray, 1966), una película de acción, basada en una novela de José Giovanni, sobre el robo de uno lingotes de oro procedentes de una mina del sur de Marruecos que terminará en manos de un ingenuo camionero (George Hamilton) y una femme fatale de manual (Claudine Auger). Al parecer, Robert Siodmak había comenzado a dirigirla con el título de Le scarabée d’or [Hervé Dumont: Robert Siodmak, el maestro del cine negro. San Sebastián: Festival Internacional de Cine, 1987], pero en algún momento abandonó el proyecto y fue sustituido por Deray. La ambientación se trasladó entonces de Francia y Gran Bretaña al sur de Marruecos y Portugal, aunque en las sinopsis de la versión italiana las localizaciones lusas llevan los nombres de Málaga y Madrid.
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