Un par de documentales —o de esos audiovisuales que alternan testimonios y material de archivo: Susana y el sexo (César Vallejo, 2021), Mujeres sin censura (Eva Vizcarra, 2021)— han devuelto últimamente al candelero el debate sobre si el cine de destape supuso una vindicación de la libertad recién estrenada, una tragaperras a costa del cuerpo de la mujer o si admite una lectura feminista. Lo cierto es que a los miles de fotogramas de actrices en cueros que poblaron el cine español desde la normativa de “si lo exige el guión” de principios de 1975 hasta la legislación sobre el cine “S” de finales de 1977, también hubo algunos hombres que decidieron actuar en pie de igualdad con sus partenaires. El grado de exposición tampoco fue casi nunca el mismo, claro.
He aquí un puñado de ejemplos sin intención de exhaustividad...
(Francisco Rovira Beleta, 1970), que también encabeza este apunte
Patxi Andión en El libro de buen amor (Tomás Aznar, 1975)...
... en La otra alcoba (Eloy de la Iglesia, 1976)...
... en Libertad provisional (Roberto Bodegas, 1976)...
... y en Caperucita y roja (Luis Revenga, 1977)
Antonio Corencia en Los placeres ocultos (1977), también de Eloy de la Iglesia
Andrés Isbert en Clímax (Francisco Lara Polop, 1977)
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