domingo, 11 de febrero de 2024

angelino fons, triple salto mortal del nce al ozorismo (y 6)

Hay un paréntesis en la filmografía como director de Angelino Fons entre Esposa y amante (1977) y su regreso a tal cometido en 1982 para rodar la coproducción hispano-mexicana Mar brava / Dios, el niño y el mar (1983). Motivos personales y profesionales se entrelazan para que este lustro se salde con apenas dos libretos de sendas películas de corte erótico dirigidas por Jaime Jesús Balcázar: Inés de Villalonga 1870 (1979), a partir de un argumento de Miguel Cussó, y Playa azul (1981). La primera está ambientada en las guerras carlistas y cuenta la historia de una novicia enamorada de un militar, circunstancia que sirve de excusa para varios encuentros lésbicos tratados según la moda impuesta por Bilitis (Bilitis, David Hamilton, 1977): jóvenes núbiles, fotografía saturada de flou y música empalagosa. La segunda presenta a un grupo de mujeres (Helga Liné, Juanita Brown y Dorothee Wider) dedicadas al turismo sexual en Lanzarote. Según el vademécum de este tipo de cine, el metraje alterna un completo recorrido turístico por toda la isla, establecimientos hoteleros y discotequeros incluidos, con escarceos eróticos. En el montaje internacional, titulado Black Sands, hay además alguna secuencia con intérpretes ajenos al argumento en la que se intuyen los cortes para insertar escenas hardcore

La implicación de Fons en el producto incluye también un breve cameo, puro en ristre, como inspector de policía. Intuimos su mano en la historia de la joven huérfana y sin norte que encuentra el amor en un isleño tan puro como ella. Al final, ambos partirán en busca de la inexistente Isla de la Felicidad. Este elemento fantástico va a estar también presente en Mar brava / Dios, el niño y el mar, que pretende trocar un milagro del tipo de El Cristo del océano / Luca, bambino mio (Ramón Fernández, 1973), otra coproducción con México rodada en Cudillero, Asturias:

En el fondo, es una especie de cuento como los de Las mil y una noches o como Blancanieves y los siete enanitos. Hay un naufragio, mueren una serie de personas, otras desaparecen y en la playa aparece un personaje medio ahogado que va rehaciendo poco a poco lo que ha sucedido. Es darle la vuelta al tiempo, rehacer lo que ya ha pasado. La historia está basada en San Telmo. El personaje era marinero aunque tiene aspectos de realidad y leyenda. [Antonio Gregori: El cine español según sus directores. Madrid: Cátedra, 2006, pág. 737.]

En la estela de los éxitos cinematográficos de los Monty Python, José Frade emprende a principios de los años ochenta una serie de parodias históricas que tienen en común los guiones de Juanjo Alonso Millán y el protagonismo de figuras señeras del mundo del espectáculo. En Cristóbal Colón, de oficio... descubridor (Mariano Ozores, 1982) es el humorista Andrés Pajares, en Juana la Loca... de vez en cuando (José Ramón Larraz, 1983), la cantante y bailaora Lola Flores, y en El Cid Cabreador (1983), nada menos que el domador Ángel Cristo. La otra seña de identidad del filón es la explotación sistemática del anacronismo como procedimiento cómico a partir de una serie de personajes que, en el imaginario popular, habían quedado fijados por las películas de Juan de Orduña para Cifesa. La figura icónica de Rodrigo Díaz de Vivar tiene los rasgos de Charlton Heston en la producción de Bronston que dio fama mundial al guerrero castellano. Sin embargo, buena parte de los recursos paródicos no aluden tanto a la película dirigida por Anthony Mann, como a... Superman (Supermán, Richard Donner, 1978). Como el superhombre del planeta Krypton, El Cid Cabreador tendrá superpoderes desde su más tierna infancia y vestirá un pijama azul con calzones y botas rojas. En vez de la “S”, una doble “C”.

Carmen Maura, Luis Escobar, Manolo Gómez Bur y José Luis López Vázquez, alternan con los veteranos Alfredo Mayo y Paquita Rico y con unos Paco Cecilio y Pepe da Rosa, como recién escapados del concurso televisivo 1, 2, 3... responda otra vez. Lo demás, son tres o cuatro números musicales en los que la estética del programa juvenil Tocata se da la mano con letras alusivas al juramento de Santa Gadea o a la afrenta del robledal de Corpes. Fons afirmaba que él había tenido la intención de seguir la senda marcada, pero que el protagonismo del domador no le había permitido profundizar más en esa línea. [Ibidem] Casi siempre, el abismo que se abre entre la realidad y el deseo resulta insalvable.

Los últimos intentos de Fons en el audiovisual tienen lugar en el campo de las series televisivas. Dirige sendos episodios de Las pícaras (1983) —La hija de Celestina—, producida por Frade, y La huella del crimen (1985) —El crimen de la calle Fuencarral—, producida por Pedro Costa. En éste, Fons rehúye el tratamiento naturalista de otros episodios y opta por el asainetamiento al tiempo que introduce a dos mediadores —¿un coro brechtiano?— entre el espectador y la intriga, interpretados por Francisco Nieva y Luis Escobar. Edgar Neville había urdido en cambio un sainete criminal con final melodramático en su versión de los hechos por los que fue ajusticiada Higinia Balaguer en El crimen de la calle de Bordadores (1945).

Luego, se mueve en la órbita televisiva de José Luis Rodríguez Puértolas. O sea, el docudrama. Para la serie Vivir cada día realiza Las rejas las veis vosotros (1987), sobre un convento de monjas de clausura, y Una cana al aire (1987), a propósito de los jubilados que acuden a salas de baile. La joya del Paralelo (1990), el programa dedicado al Molino de Barcelona en la serie El marco de la fama, tiene un carácter más estrictamente documental: su historia, sus estrellas, sus clientes... En cambio, Un negocio familiar (1995), que forma parte de las Crónicas urbanas de Rodríguez Puértolas, es básicamente un sainete con algunas incrustaciones de expertos. La excusa argumental muestra a una familia que regenta un video-club en crisis en un barrio popular de Madrid y decide transformarlo en un sex-shop.

En 2005 Fons recibe el Premio Homenaje de la Asociación de Directores y Realizadores (ADIRCE) a toda una carrera cinematográfica.

 

Filmografía como director cinematográfico:

El barbas (CM, 1960)
Dos soldados / Desertores (CM, 1961)
Viaje de novios (CM, 1962)
A este lado del muro (CM, 1963)
Garabatos (CM, 1964)
La busca (1966)
Cantando a la vida / Ein Hoch der Liebe (1968)
Fortunata y Jacinta (1969)
La primera entrega de una mujer casada / Dirai ho ucciso per legittima difesa (1971)
Marianela (1972)
Separación matrimonial (1973)
Mi hijo no es lo que parece (Acelgas con champán... y mucha música) (1974)
La casa / Prigionieri dello spazio (1974)
De profesión: polígamo (1975)
Emilia, parada y fonda (1976)
Esposa y amante (1977)
Mar brava / Dios, el niño y el mar (1983)
El Cid Cabreador (1983)

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