Fotocromo alemán de 3S3 agente especial (Sergio Sollima, 1966)
La segunda entrega de las aventuras de Walter Ross, 3S3 agente especial / Agente 3S3 massacro al sole / Agent 3S3 massacre au soleil (Sergio Sollima, alias Simon Sterling, 1966), es una coproducción de Cesáreo González P.C. con la firma francesa Les Films Copernic y la italiana Cineproduzioni Associate. Esta última ha conocido un éxito inusitado con la primera cinta de la serie, coproducida con los hermanos Balcázar. Según Sollima, Agente 3S3 Pasaporte para el infierno / Agente 3S3 Passaporto per l’inferno / Agent 3S3, passeport pour l’enfer (1965) habría costado ochenta millones de liras y dado en taquilla ochocientos, solo en Italia: “Creo que no la vio ningún crítico. ¡En Emilia Romagna una empresa hizo camisetas de 3S3! Fue un éxito que me obligó a seguir por esa senda y me vi condenado —como suele ocurrir en Italia— a hacer una secuela, a encadenarme al género”. [Goffredo Fofi y Franca Faldini: L’avventurosa storia del cinema italiano raccontata dai suoi protagonista (1960-1969). Milán: Feltrinelli, 1981, pág. 212.]
Un crítico, al menos, sí la vio: el del diario comunista L’Unità. Y no se le escaparon las sutilezas ideológicas de la trama:
La película [...] renueva una vez más los dos mitos clave que actualmente se divulgan a través de la pantalla: el mito tecnológico de la miniaturización (el instrumental microscópico) y el mito-pesadilla de la Organización misteriosa de marca oriental que amenaza a la humanidad. Ambos mitos tienen un denominador común: su origen exótico. ¿No será el género una ingenua y evasiva encarnación cinematográfica del espíritu decadente? [Vice, en L’Unità, 2 de junio de 1965.]
El espectador ingenuo va a ver en 3S3 agente especial a Fernando Sancho en el papel de Siqueiros, el tirano de San Felipe. A esta isla del Caribe —en realidad se rodó en Ibiza— acuden los principales servicios secretos del mundo para enterarse de lo que trama con la colaboración del profesor Karleston (Eduardo Fajardo), al que mantiene secuestrado. Entre los agentes destacados en la isla se encuentran el estadounidense Walter Ross (George Ardisson), el soviético Ivan Mikhailovic (Frank Wolff) y la británica Melissa Shaw (Evi Marandi). Adrián Esbilla ha apuntado con buen ojo, el incremento de la influencia de la saga 007 en esta segunda entrega, aunque no se obvien las alusiones a la realidad contemporánea:
Sollima introduce un discurso político mucho más fuerte y claro [que en Il segretto Sparviero Nero, de la que tomaría la trama] sobre el intervencionismo imperialista, los “asesores” sobre el terreno y demás, formulados en unos años en donde la escalada de la guerra del Vietnam era ya imparable. Aquí esto se da por duplicado. Siqueiros está rodeado de asesores extranjeros, cada uno con sus propios intereses, pero también manipulado por las superpotencias en forma tanto de dos agentes estadounidenses y soviético como de una espía inglesa que a su vez actúa bajo el disfraz de traficante de armas. Todo extraordinariamente enrevesado. [Adrián Esbilla: Hombres a mano armada: El mundo de Sergio Sollima. Madrid: La Biblioteca de la Abadía, 2022, pág. 48.]
Sin embargo, el órgano periodístico del PCI —cuyas tesis expone paradójicamente Sollima en varios de sus spaghetti westerns— se muestra en esta ocasión aún más agresivo —“narra confusamente las hazañas de cama en cama de 3S3 [y] es una orgía de estupideces, una verdadera masacre de imágenes en la oscuridad” [Vice, en L’Unità, 1 de junio de 1966]—, aunque el reseñista de La Vanguardia destaca sus valores de producción y las localizaciones españolas cuando se estrena en programa doble en la ineludible Can Pistoles: “Nos hallamos más allá de lo conocido y en plena invasión de lo inverosímil. Pero como lo que hoy es inverosímil, mañana pudiera llegar a ser real, no deja de tener su interés”. [Antonio Martínez Tomás, en La Vanguardia Española, 29 de noviembre de 1967, pág. 27.]
La película ya había tenido en España sus pequeños contratiempos con la censura previa, algo habitual en el filón pseudobondístico. Cuando obtuvo el permiso de rodaje, el 5 de agosto de 1961, una advertencia general del organismo ya prevenía a los productores que la acción debía localizarse “en un país imaginario, en ningún lugar concreto”, no fuese a ser que alguno quisiera ver en el tirano a alguno de los dictadores de las repúblicas latinoamericanas hermanas o, incluso, al mismísimo Franco.
El resto de las recomendaciones tenían que ver con los desnudos femeninos o las insinuaciones sexuales.
Pág. 95.- Suprimir la frase de Siqueiros: “Todos los pisos superiores son habitaciones con camas”.
Pág. 106.- Cuidar plano de la ducha y escena siguiente de cama. [...]
Pág. 115.- Cuidar escena de Josefa en la bañera y el final de la escena entre Josefa y Johnny en el diván.
Pág. 126.- Cuidar la indumentaria de Melisa en la cama.
Pág. 137.- Suprimir la frase: “Hacer el amor juntos”. [Archivo General de la Administración, caja 36/04346]
Independientemente del “cuidado” que Sollima pusiera en estas escenas, Agente 3S3 massacro al sole obtiene el beneplácito de la censura italiana para todos los públicos el 20 de mayo de 1966 y Agent 3S3 massacre au soleil, el de la francesa el 1 de diciembre de 1967 para mayores de doce años. En ambos casos las copias estrenadas rondan los tres mil cuatrocientos metros; esto es, algo más de dos horas. Semejante duración no encaja en lo que debe ser una cinta destinada a los programas dobles de sesión continua, así que el 26 de noviembre de 1966 Cesáreo González P.C. envía una nueva copia al organismo censor español acompañada de una carta en la que se especifican y justifican “las adaptaciones comerciales que por exceso de metraje nos hemos visto obligados a hacer en dicho film”:
Rollo 5º.- Del arranque coche que persigue a Agente 3-S-3, al Agente 3-S-3 que llega cerca de la iglesia. (27 metros).
Del espejo retrovisor del coche del Agente 3-S-3, al plano del coche que le persigue. (29 metros).
De los bidones que caen del coche, al enemigo herido que se levanta del suelo. (8 metros).
Rollo 6º.- De Agente 3-S-3 y Doña Josefa en la cama a Mendoza cuando carga la pistola. (14 metros).
De Agente 3-S-3 y Mendoza con el microfilm, al Agente 3-S-3 con Paquita Barrientos en la finca de ésta. (67 metros).
De Agente 3-S-3 y Paquita Barrientos y amazona que salen de donde llenan botellas Molotof, a la puerta por donde sale el negrito, donde tienen los planeadores. (33 metros).
Rollo 7º.- De 3-S-3 y dos más que bajan por la escalera mansión antigua, a luchadores entrenándose. (45 metros).
Rollo 11º.- De planeadores volando a botellas Molotof. (40 metros).
De plano llamas grande, a Agente 3-S-3 avanza, armado. (27 metros).
Rollo 12º.- De Agente 3-S-3 que avanza por túneles, a puerta rejilla en el techo. (26 metros).
De Mendoza volando puerta, a disco rojo. (5 metros). [Ibidem.]
La mayoría de los cortes atañen a escenas de acción, por lo que parece claro que la productora estaba dispuesta a renunciar a ciertas dosis de espectáculo, primando en cambio la legibilidad de la trama. Acaso para evitar conflictos con las dos coproductoras foráneas o porque el público no se sintiese escamado, la carta termina subrayando que se trata de “cortes voluntarios, totalmente comerciales” y solicita que dichas amputaciones no consten en los cartones de exhibición, “puesto que estando dicho título sin estrenar, no ha habido modificación de cara al público en la línea argumental del mismo”. [Ibidem.]
De todos modos, si nos atenemos a los metrajes que se visaron en Italia (3.327), Francia (3.400) y España (2.922), aún faltarían otros tres minutos. ¿Corresponderían a las indicaciones iniciales de la censura y a una doble versión? Imposible saberlo hasta no confrontar las tres copias.
Addenda del 20 de abril de 2024: capturas de una copia muy deficiente de la versión francesa en las que se pueden constatar las escenas suprimidas por la productora en España.
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