domingo, 16 de septiembre de 2018

el kinemacolor en españa


El Kinemacolor fue, junto con el Cronochrome de Gaumont, el primer procedimiento cinematográfico comercializado de lo que se denominaba "color natural". O sea, aquél que se conseguía en el proceso de captura de la imagen y no mediante el coloreado manual o por estarcido de las copias como era costumbre por parte de Georges Méliès y Pathé Frères.

El Kinemacolor era un sistema aditivo bicrómico en el que el negativo en blanco y negro pasaba a doble velocidad por la cámara tras cuyo objetivo se colocaba un disco con filtros rojo y verde. Utilizando un procedimiento similar durante la proyección, la película positiva ortocromática se veía en colores. El procedimiento había sido concebido por George Albert Smith y comercializado por el empresario estadounidense afincado en Gran Bretaña Charles Urban. Fue éste quien dio el definitivo impulso a la invención y quien la presentó con el nombre de Kinemacolor en 1909.

Hasta 1915, año en que Charles Urban regresó a Estados Unidos debido al estallido de la Gran Guerra en Europa, el procedimiento supuso una sensación mundial, sobre todo en el terreno de los noticiarios y reportajes. Su gran éxito fue With Our King and Queen Through India (1912), un reportaje de dos horas sobre la actos celebrados en la India por la coronación de Jorge V. Como en los tiempos de los hermanos Lumière, los operadores de la Charles Urban Trading Company recorrieron todo el mundo obteniendo reportajes que causaban asombro allá donde fueron proyectados. El catálogo de la compañía del bienio 1912-1913 recoge casi trescientas referencias de películas que se podían alquilar o comprar, aunque era preceptivo tener el proyector con el que poder hacerlo [Catalogue of Kinemacolor Film Sujects. Londres, The Natural Color Kinematograpgh Co., 1913.].

Su otro gran éxito, rodado porla sucursal de la compañía en Estados Unidos fue The Making of the Panama Canal (1912). No obstante, intentó el largometraje de ficción en The World, the Flesh and the Devil (F. Martin Thornton, 1914) y participó con su Kinemacolor en el largometraje de propaganda bélica Britain Prepared (1915).

Para justificar el declive del sistema se han buscado razones económicas -la guerra de patentes con William Friese-Greene-, comerciales -la imposición del largometraje de ficción como base de la programación- y tecnológicas -el nunca bien resuelto ajuste de las dos imágenes sucesivas provocaba aberraciones en la imagen y la pérdida de un fotograma invertía la paleta cromática-. Sea por cualquiera de estas razones o por la suma de todas ellas, el Kinemacolor conoció sus días de gloria entre 1912 y 1915.


Por supuesto, en el catálogo no faltaban los asuntos españoles. The Rebel's Daughter (1911) es una película de ficción de dos rollos ambientada en la lucha de los españoles contra la invasión napoleónica. El catálogo lo describe como un "drama repleto del rico cromatismo del clima meridional", para afirmar a continuación que "los llamativos atuendos de los campesinos de aquellos tiempos están admirablemente reproducidos" y que "un dotado actor infantil presta un atractivo especial a la historia". Pero el fuerte de la compañía de Charles Urban eran los travelogues de países exóticos y aquí podemos enclavar Seville at Carnival (1911), en la que "el colorido y la riqueza del soleado mediodía quedan fielmente recogidos". Este reportaje fue rodado en mayo de 1911, tras el paso del operador por Madrid, donde había rodado el 30 de abril H.M. the King of Spain Reviewing Recruits and Regulars in Madrid (1911). Continuaba así la tradición de la compañía de utilizar como tema de sus reportajes a las casas reales de Europa. Otros reportajes paisajístico-monumentales fueron rodados en Toledo -Views of Toledo, Spain-, Granada y Sevilla -Sunny Spain-, Madrid -Spanish Bullfight at Madrid- y Canarias -Cave Dwellers of Atalaya, The Great Storm at Tenerife y A Tram Ride trough Las Palmas-.Aunque tenemos constancia de que estas vistas se proyectaron en todo el mundo, no hay rastro de que se exhibieran públicamente en España, donde el sistema estaba protegido con los números de patente 44084 y 52474.

En la prensa y en las revistas especializadas se alude al Kinemacolor desde 1911, probablemente a partir de un pase privado con ocasión de la visita del operador en abril de dicho año. En julio, el semanario Alrededor del Mundo ofrece a los lectores un reportaje titulado: "El Kinemacolor, una maravilla cinematográfica". En él podemos leer:
El Kinemacolor es la última palabra en materia cinematográfica, porque las películas tienen los colores de la realidad sin subterfugio alguno y sin recurrir a ninguno de los medios artificiales empleados para colorea, a mano o a máquina, las cintas en blanco y negro, como hasta ahora se venía haciendo. [...]
En América se ha constituido  con treinta millones de pesetas de capital una sociedad explotadora del Kinemacolor, cuya producción no sale más cara que la del cinematógrafo ordinario. También han empezado a constituirse sociedades con el mismo fin en Inglaterra, Holanda, Suecia, Noruega, Dinamarca, Alemania, etc. [Alrededor del Mundo, núm. 632, 12 de julio de 1911.]
La comercialización en España no está exenta de polémica. Con cuatro años de retraso sobre el resto del mundo el editor Miguel de Maeztu -hermano del escritor y político Ramiro de Maeztu y del pintor Gustavo de Maeztu- adquiere los derechos de explotación del Kinemacolor para España y Portugal.

El 3 de mayo de 1915 el Kinemacolor desembarca en Bilbao. Lo hace en el Teatro Trueba con acompañamiento musical de un sexteto dirigido por Eugenio Comadira. [Alberto López Echevarrieta: "El Kinemacolor revoluciona el cine", en Bilbao, mayo de 2015. pág. 35.]

En la capital del reino, tras no lograr cerrar un acuerdo con ninguno de los salones cinematográficos, termina explotándolo él mismo en el teatro Príncipe Alfonso. Y lo hace precedido por una conferencia sobre la cinematografía en color a cargo del célebre "charlista" Federico García Sanchiz. La proyección privada para la prensa y personalidades de la política, el arte y la ciencia, levanta expectación desde el principio:
A modo de prólogo se proyectó una película reproduciendo diferentes clases de flores. El desfile de tantas y tan variadas y tan lindas flores produjo un rumor de admiración, convertido en entusiasmo delirante al ver aparecer un precioso ramo de claveles, tan hermosos y tan fielmente reproducidos en todo su color, que parecían arrancados de las más cuidadas macetas de Sevilla. [El Mundo Cinematográfico, núm. 71, 10 de mayo de 1915.]
El único pero que se le pone es la fatiga para la vista de los espectadores que supone la proyección a doble velocidad de la habitual. El programa se completó con Procesión de elefantes en Calcuta -en realidad uno de los fragmentos más espectaculares de With Our King and Queen Through India-  Maniobras de la escuadra inglesa, Industrias de Ceilán y un cortometraje de asunto dramático. Las gacetillas advierten al público que se trata de un espectáculo especialmente indicado "para personas que han viajado mucho" y acentúa su carácter exclusivo al ofrecer a los espectadores "la comodidad incomparable de poder merendar durante el intermedio, dentro de la sala, o en el salón de té contiguo
al teatro". [La Época, 6 de mayo de 1915.]


En Barcelona se proyecta el programa en el Teatro Principal. La primera sesión tiene lugar el 22 de mayo de 1915 y es presentada por el propio Miguel de Maeztu. Un tal doctor Llopps, colaborador a lo que parece en asuntos de cine científico en la revista Vida Gráfica, expresa su impresión negativa sobre el invento y culmina su reseña con este comentario lapidario:
En resumen: el Kinemacolor es un espectáculo curioso para un día, y más propio de personas estudiosas e ilustradas que del público en general, para quien no tiene ningún interés extraordinario el ver unas cuantas flores iluminadas natural o artificialmente. [Vida Gráfica, núm. 39, 10 de junio de 1915.]
La revista El Mundo Cinematográfico dedica un artículo a glosar su fracaso en Barcelona:
Ni el precio ínfimo de una peseta -o sea, la tercera parte de lo que cuesta en París o Londres- ni al de 0'60, a que se redujo la entrada a los tres o cuatro días de proyectarse, ni aún al de 0,50 y 0,25 el Kinemacolor ha podido mantenerse en los carteles más de ocho díaas y a raíz de la última rebaja, inopinadamente, se anunció la suspensión, no volviendo nadie a acordarse de él.
El hecho se explica. El Kinemacolor, como todo negocio, requiere propaganda intensa y bien estudiada, ambiente, preparación. Nada de esto se hizo ni se procuró, contribuyendo, además, al fracaso, la inoportunidad de la época en que fue presentado. [El Mundo Cinematográfico, núm. 73, 10 de junio de 1915.]
No obstante, la presentación apenas un mes después de Construcción del Canal de Panamá concita a un escogido grupo de periodistas en el cine Cataluña.

En Valladolid el Kinemacolor se presenta en el Teatro Calderón entre diciembre de 1915 y enero de 1916. En la sesión inaugural se exhibieron Nuestras amigas las flores [Floral Friends (1909)], Bordeando la costa belga, El ejército y la armada de Alemania, Maniobras del ejército inglés y Maniobras del ejército francés. A pesar del ambiente imperante en Europa, el resto de programas fueron menos belicistas: Industrias de Ceilán, Sports atléticos, Parques del Japón, Procesión de elefantes en Calcuta, Peces de colores, Animales domésticos y Las obras del Canal de Panamá. El Norte de Castilla había augurado una larga estancia al invento en la ciudad:
La presentación del nuevo procedimiento cinematográfico ha constituido un triunfo para la empresa, pues el público salió satisfechísimo y volverá en días sucesivos, pues los temas coloristas son inagotables y destruyen la monotonía de las cintas unicolores que a muchas personas producen fatiga. [El Norte de Castilla, 16 de diciembre de 1915.]
Las revistas gremiales anuncian ya para entonces la exclusiva para la explotación del catálogo por parte de la Agencia Cinematográfica Orbe, sita en la calle Leganitos, 47, de la Villa y Corte, y cuyo delegado en Barcelona es Fernando Dessy Martos. A él se debe probablemente esta resurrección del Kinemacolor en las pantallas españolas a lo largo de 1916 y 1917, cuando la empresa de Charles Urban ya había cesado su actividad con la marca Kinemacolor. Durante este tramo postrero de su recorrido en España, el Kinemacolor servirá de complemento breve y espectacular al largometraje de ficción que ha de atraer al público. Tal es el caso de Maciste (Maciste, Luigi Romano Borgnetto y Vincenzo Denizot, 1915) cuya programación en el madrileño Gran Teatro se prolonga durante varias semanas.

Un artículo que citamos más arriba sobre la presencia del Kinemacolor en Bilbao documenta proyecciones en el Salón Gayarre durante dos meses en marzo de 1916 con la proyección de Congreso Eucarístico de Malta, La construcción del Canal de Panamá,  varias cintas de contenido bélico o militar y , al fin, unas vistas de Madrid. Al parecer, el Salón Vizcaya decidió competir con su elegante adversario proyectando en la primera sesión de la tarde de Costas belgas, Viaje por el Danubio a Viena y Egipto y el Nilo.

Lámina del Catalogue of Kinemacolor Film Sujects que ilustra la serie de películas sobre el Nilo

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