La historia de Toro
bravo / Fiesta brava (Vittorio Cottafavi y Domingo Viladomat, 1956-1959) resulta
un auténtico culebrón administrativo, desde que en febrero de 1955 la compañía
española Itálica Films presenta el guión a censura hasta la quiebra de la productora
italiana, que pone en peligro los acuerdos de coproducción firmados entre ambos
países en 1953. Por el camino, un rosario de denuncias, cambios en el equipo técnico-artístico,
la salida de matute hacia España del negativo depositado en un laboratorio
italiano y el reciclaje de parte del metraje en un corto titulado Astas y garrochas (Domingo Viladomat,
1955).
Lo más sorprendente es que en los múltiples trasiegos de
personal jamás aparece mencionado el nombre de Marco Ferreri, cuando en todas
las entrevistas que le hicieron declaraba que éste fue su primer contacto con
España. Así pudo leer Los muertos no se
tocan, nene y comenzaría uno de los capítulos más apasionantes de la
historia del cine español, el que tiene como protagonista a Rafael Azcona.
Toro bravo
Títulos anteriores: Un toro en la cumbre, Casta brava, Fiesta brava.
Producción: Itálica Films (Madrid), Phoenix Film (Roma)
Director: Vittorio Cottafavi. Director adjunto: Domingo Viladomat. Ayudantes de dirección: Riccardo Ghione, Agustín Navarro. Secretario de rodaje: Gerardo Ponce. Guión y diálogos: José Rodulfo Boeta. Jefe de producción: Carlos Grande. Ayudantes de producción: Enrique Rivas, Ramón Baillo, Manuel Carrillo. Directores de fotografía: Giuseppe Aquari, Juan García. Operadores de cámara: Alfredo C. Cores, Franco Vitroti, Salvatore Occchipinti. Ayudantes de cámara: Giovanni Savelli, Juan Jurado, José García de la Cruz, Fernando Perrote, José Sevilla. Foto-fija: Mario Meloni. Decorador: Eduardo Torre de la Fuente. Ayudante de decoración: Horacio Rodríguez. Regidor: Gustavo Quintana. Atrezzo: Mateos. Maquilladores: Franco Plombi, Alberto Travellini. Montaje: Pablo G. del Amo. Ayudante de montaje: María Dolores Laguna. Música: Salvador Ruiz de Luna.
Intérpretes: Francisco Moreno Vega “Curro Puya” (José Ríos), Rafael Peralta (Lorenzo), Manuel Arbó (don Miguel, el padre de Lucía), Lucia Banti (Lucía), Rafael Calvo (don Pedro), Fernando Sancho (Melgar), Antonio Casas (don Enrique, el ganadero), Antonio Riquelme (el alguacil), José Prada (Rovira, el empresario), Santiago Rivero (Salvador, el capataz), Matilde Muñoz Sampedro (la madre de Lucía), Emilio Sancho (el alcalde de Fuentesanta), Enrique Bernedo “Bojilla” (Faustino), Joaquín Leiva “Cuatrogordas” (Sandalio), Emilio Escudero, Gabriel Moreno, Fernando Longui, Manuel Vega.
Estudios de rodaje: Ballesteros. Exteriores: Dehesas “Poco Abrigo” y “Cañada de la Barca” de Enrique de la Concha (Sevilla); “Rojas” de Rafael Peralta (La Puebla del Río, Sevilla); “Fuente Vinagre” de Esteban González (Utrera); Alcalá de Guadaira, plaza de la Real Maestranza, la Venta de Antequera (Sevilla). Estudio de sonido: CEA. Sistema de sonido: Klangfilm. Laboratorios: Staco Film (Roma), GTC (París).
Procedimiento de color: Ferraniaclor. Lentes anamórficas: Cinépanoramic (2,34:1). Duración: 77 minutos.
Un toro en la cumbre
Todo arranca cuando Itálica Films, cuyo titular es el cordobés
Manuel Gutiérrez Torrero, le compra a José Rodulfo Boeta un guión con una tenue
trama argumental en la que se pretende retratar la vida de un toro de lidia. Gutiérrez
Torrero decide poner el material en manos de Domingo Viladomat, un pintor que
había evolucionado desde su contribución al imaginario del golpe militar de
1936 —sobre todo, como ilustrador de Laureados
de España 1936-1939 (1939)— hasta un academicismo con veleidades místicas
del que no está ausente la inspiración daliniana. Su segunda película como
director, Cerca del cielo (1951)
vuelve la vista al ya periclitado ciclo de Cruzada al narrar la inmolación del
obispo de Teruel Anselmo Polanco durante la Guerra Civil. La cinta era un
encargo de Acción Católica y debía contribuir a la causa de la beatificación
del prelado, inscribiéndose de este modo en el otro gran filón del momento, el
del cine pío. Cuando termine su participación en Toro bravo, Viladomat se lanzará a la confección de otra cinta de
propaganda institucional: Llegaron siete
muchachas (1957), una película tan cursilita y bienintencionada como sus
protagonistas, sendas jovencitas que llegan a un pequeño pueblo de montaña como
parte de la Cátedra Ambulante de la Sección Femenina. Todavía en 1961 cierra su
trayectoria cinematográfica con la comedia ternurista infantil Perro golfo (1961) en la que la figura
de un veterano de la guerra de Cuba interpretado por José Isbert sirve para
poner de manifiesto las nuevas relaciones hispano-estadounidenses.
El programador de Radio Nacional de España José Rodulfo
Boeta procede de esta misma línea de acción, habiendo debutado como guionista
en colaboración con Vicente Escrivá en La
mies es mucha (José Luis Sáenz de Heredia, 1948), libreto que había recibido
el premio que, con motivo del día del Domund, había convocado la Dirección
Nacional de Obras Misionales Pontificias. El primer esfuerzo conjunto de
Itálica Films con Viladomat y Boeta —Hermano
menor (1952)— obtiene el Premio Nacional de Cinematografía, así que no es
extraño que Gutiérrez Torrero recurra a ambos para hacer valer ante la
administración la solidez de un proyecto que pasa la censura previa sin mayores
contratiempos. Lleva entonces el título de Un
toro en la cumbre, convertido luego en Fiesta
brava y aún después en Casta brava,
antes de llegar finalmente a las pantallas como Toro bravo.
La sinopsis inicial contiene todos los elementos que más
adelante constituirán Toro bravo: el
trabajo en el campo con las reses; la escapada del toro Cumbreño a la querencia
de la abandonada dehesa de Ríos, de la que salió con José cuando éste quedó
huérfano; el amor sencillo que la hija del mayoral del Alamillo siente por José;
el enfrentamiento de éste con Lorenzo, empeñado en vender la ganadería al
propietario de la Solana sin el consentimiento paterno; y la lucha de José por
restablecer el buen nombre de la familia gracias a la corrida-concurso de
ganaderías que tiene lugar en esos días. Como clímax, el enfrentamiento entre
José y Cumbreño en una plaza de pueblo en la que pretenden dar al noble animal
una muerte innoble.
Buenas Tardes:
ResponderEliminarHe visto su publicación y estoy buscando información de mi Tio abuelo Emilio Escudero (torero de la época) que participó en esa pelicula. Estaría interesado saber i me puedo hacer con una copia de dicha película... hasta ahor me ha resultado imposle.
Muchas gracias y un saludo.
Rafael Manzano del Pozo
ramanzanopozo@yahoo.es
Contestado por correo.
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